México recibirá los días 2 y 3 de mayo la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con una agenda centrada en crecimiento económico, seguridad ciudadana, migración, administración fronteriza, educación e intercambio científico.
En el segundo encuentro entre los mandatarios, el primero se dio en noviembre pasado cuando el mexicano Enrique Peña Nieto visitó Washington como presidente electo, estará marcado por una clara señal de ambos gobiernos por reducir el papel de seguridad en agenda de cooperación bilateral.
La visita comenzará cuando el presidente Obama arribe a la Ciudad de México alrededor de las 14:00 hora local, para después sostener una reunión con su homólogo Enrique Peña acompañados por sus equipos de trabajo.
Posteriormente ofrecerán una conferencia de prensa conjunta y por la noche, el presidente de México ofrecerá al presidente Obama una cena en la que continuarán conversando.
El viernes 3 de mayo el presidente Obama desahogará una agenda en la que tiene previsto un encuentro con actores de diversos sectores no gubernamentales de la sociedad mexicana, además de ofrecer un mensaje a jóvenes en el Museo de Antropología.
La visita del presidente norteamericano, la primera a México desde que Peña Nieto asumió la presidencia el 1 de diciembre del 2012, se perfila a ser un encuentro en el que ambos gobiernos se han propuesto reactivar otras áreas de la cooperación bilateral, más allá de la seguridad.
Sin embargo, la seguridad ciudadana es un tema que difícilmente se alejará del panorama porque todavía es un reto garantizarla para las dos administraciones, en el que el estado mexicano continúa en su lucha para erradicar las bandas del crimen organizado.
Analistas creen que ambos gobiernos discutirán el futuro de la Iniciativa Mérida de lucha antidrogas en la cual Estados Unidos ha ayudado a México con unos 1.900 millones de dólares.
"Me parece que ahí hay un interés, un énfasis muy grande de Estados Unidos por vigilar y corregir temas muy importantes que la Iniciativa Mérida no pudo corregir como impunidad y corrupción", dijo en entrevista con Xinhua el analista José Luis Valdés investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El presidente Peña ha planteado una nueva lucha contra el crimen organizado con la creación de una gendarmería nacional, lo que marcaría una diferencia con respecto a la pasada administración que combatió a las bandas de narcotraficantes sacando al ejército a las calles.
El saldo después de más de seis años de lucha contra el crimen organizado es de más de 70.000 víctimas, según cifras oficiales.
El presidente Obama dijo este martes en conferencia de prensa que en su visita a México hablará sobre el tema de la seguridad pero reviró, que es importante no perder de vista el desarrollo económico.
Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, comentó que su país no quiere "definir esta relación con México o con otros países en el contexto de la seguridad o la lucha contra el narcotráfico".
"Queremos definirla de manera más amplia en el contexto de las necesidades económicas de nuestros ciudadanos y nuestra capacidad para hacer más en la frontera económica", añadió.
México y Estados Unidos son desde hace tiempo importantes socios comerciales con un flujo económico de un mil millón de dólares diarios, cuatro veces más de lo que se registraba entre ambos países cuando se negoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, 1992).
La agenda también contempla abordar el tema de migración en medio de un debate intenso sobre el tema de inmigración en Estados Unidos.
Más de 6,2 millones de inmigrantes mexicanos radican sin papales en el país vecino del norte en donde se discute una reforma migratoria para regularizarlos.
La visita de Obama se presenta como una oportunidad para los dos países de refrescar su relación, con un diálogo más ambicioso y que pudiera salir de sus cauces tradicionales, buscando una mayor relación estratégica a fin de un desarrollo común.