La demanda contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, para exigir una salida soberana al Océano Pacífico, es el desafío más complejo de la historia de Bolivia, porque de este proceso dependerá su futuro marítimo por el norte chileno, afirmó hoy el ex canciller boliviano Armando Loaiza.
Los intentos por convencer a los gobiernos chilenos por décadas han sido infructuosos por la radicalidad de su política de no dialogar para el acceso boliviano al mar, lo que hizo imposible avanzar con Chile en la demanda marítima y, por consiguiente, llevó a Bolivia a iniciar un proceso internacional en La Haya.
"Tengo muchas consideraciones, porque llevar a una tercera instancia un tema como es la demanda marítima boliviana es una apuesta y posición de alta responsabilidad nacional, que está asumiendo el país en su historia", declaró Loaiza en una entrevista con Xinhua.
La ex autoridad participó en la reunión con ex presidentes y ex cancilleres con el mandatario Evo Morales, para analizar la demanda marítima ante la CIJ.
Para el ex canciller, este emprendimiento internacional se ha constituido en "vital" para el Estado boliviano, porque en el supuesto caso de no tener respuestas positivas a la postulación boliviana en La Haya, el tema marítimo puede quedar "enterrado" por varias décadas, y se constituiría en una "gran derrota" para el Estado.
El equipo jurídico de Bolivia ya se encuentra en La Haya ultimando detalles para la presentación oficial de la demanda contra Chile para una salida al mar, prevista para mañana miércoles.
El ex ministro de Relaciones Exteriores analizó y reflexionó sobre los alcances posibles de la demanda, las posibilidades de una resolución de la CIJ, lo que representa para Bolivia este hecho, lo que debe asumir el gobierno de Evo Morales una vez iniciado proceso, y recomendó algunas consideraciones a fin de evitar éxitos banales.
Según Loayza, la presentación de la causa ante este tribunal internacional no es una cuestión menor, es un tema de diplomacia multilateral "muy grande y delicada", por lo que requiere de todo el apoyo presupuestario estatal y el respaldo moral de los bolivianos.
Bolivia tardó dos años en preparar la demanda, desde que el presidente Evo Morales anunció el 23 de marzo de 2011 que se había decidido recurrir a tribunales internacionales para recuperar el derecho de retornar a costas del Océano Pacífico de manera soberana.
Según el gobierno de Evo Morales, Chile invadió Bolivia en 1879, cuando el país perdió 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros cuadrados de terreno, extensión territorial que reclama a Chile desde el siglo XIX. Desde entonces, el país andino amazónico quedó enclaustrado.
En 1904, ambos países firmaron un tratado que fijó la frontera y, en 1978, Bolivia y Chile rompieron relaciones diplomáticas. A la fecha se mantienen relaciones comerciales, en tanto que contactos bilaterales se realizan a nivel consular.
El ex canciller boliviano consideró que el hecho de efectuar la demanda en La Haya no implica el cerrar el diálogo, y apeló al ejemplo de Chile y Perú que han asimilado un diferendo marítimo, al separar ese conflicto judicial para encarar una agenda bilateral importante, con inversiones que superan los 15.000 millones de dólares.
"Debemos ser capaces de superar este momento de tensión que estamos viviendo desde hace dos años entre ambos países", afirmó.
LIMITES Y TRATADO
Según el análisis de Loaiza, parece claro que Bolivia dejará de lado la hipótesis de proponer ante la instancia internacional la revisión del Tratado de Paz y Amistad suscrito con Chile en 1904, porque cree que es una posición que no tendría asidero ni posibilidad de ser considerada en una instancia como en la Corte.
Cree que Bolivia tampoco va a demandar la hipótesis de la revisión de límites.
"No podemos esperar que la Corte de La Haya diga o falle desde mañana que Bolivia adquiere una costa soberana en el Pacífico; por eso creo que no se va a demandar la revisión de límites, pues lo contrario significaría echar por tierra nuestro derecho soberano de retornar al mar desde la parte jurídica", afirmó.
El experto en política internacional manifestó que la CIJ, en caso de asumir el proceso, puede optar por una exigencia a Chile a encontrar una solución negociada.
"Lo que podría ocurrir es que si Bolivia considera la sucesión de actas internacionales en las cuales Chile se comprometió a buscar conjuntamente con el país, mediante una negociación, una salida útil y soberana, la Corte de La Haya puede requerir y obligar a Chile a desarrollar una negociación para una solución pacífica, que es muy distinta a revisar un Tratado o los límites", señaló.
Además, dijo que este proceso puede demorar muchos años, y que dependerá del trabajo que realice el equipo jurídico de expertos nacionales e internacionales contratados por el país.
Reflexionó que si bien comienza una gestión complicada para la política internacional de Bolivia, contrariamente observa que en el país hay algunos sectores algo "exitistas" por una victoria anticipada, lo que considera como un hecho muy "peligroso".
Chile va a librar una batalla jurídica muy fuerte, incluso hasta puede cuestionar la jurisdicción y competencia de la CIJ para abordar la demanda marítima boliviana, "entonces tenemos que prepararnos para una contienda judicial muy difícil de varios años", agregó el ex canciller.