Autoridades de el Salvador conmemoró hoy el 21 aniversario del acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil en la nación centroamericana, la cual se prolongó de 1980 a 1992.
El gobierno, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, organizó un acto conmemorativo al pie del monumento Cristo de la Paz, en el sur de la capital, donde participaron miembros del gabinete y miembros de los antiguos bandos en conflicto.
La ceremonia incluyó la participación del vicepresidente del país y actual candidato presidencial del gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Salvador Sánchez Cerén, y del ex canciller Oscar Santamaría.
Sánchez Cerén y Santamaría firmaron en la capital de México (anfitrión del proceso) el Acuerdo de Chapultepec, que tuvo lugar el 16 de enero de 1992, bajo la mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Durante el acto, Sánchez evocó la firma del acuerdo como el inicio del camino hacia la democracia en un país marcado por el autoritarismo de dictaduras militares y gobierno cívico-militares desde los años 30.
En las elecciones de marzo de 2009, la otrora guerrilla del FMLN alcanzó el poder, luego que el ex periodista Mauricio Funes derrotó al candidato del partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
La celebración de esta fecha pasa sin embargo inadvertida entre la ciudadanía, que sufre los efectos de una economía débil y la precariedad laboral, junto a la inseguridad pública como sus principales problemas.
Yanci Ortíz, quien nació el año de la firma de la paz, dijo a Xinhua que "todo terminó en darle espacio a los jefes guerrilleros para convertirse en políticos mientras olvidan a los de abajo".
Ortiz, quien es una estudiante universitaria, dice que la mayoría de los jóvenes sigue pensando en huir del país en busca de mejores oportunidad, como sucedió con aquellos que vivieron la guerra.
"Mis tíos se fueron (como trabajadores) ilegales a Estados Unidos porque la guerra era horrible y ahora en mi familia todos piensan en irse tan pronto puedan, como si siguiéramos en conflicto", criticó.
Mientras tanto, durante la ceremonia, el vicepresidente Sánchez exhortó a la ciudadanía a reconocer la fecha como el hecho histórico que propició las más grandes transformaciones sociales en función de la democratización del país.
Sánchez, sin embargo, reconoció que la vigencia de la ley de amnistía que favoreció a criminales de guerra es un obstáculo para la reconciliación.
"La ley de amnistía impide la justicia. La sociedad salvadoreña demanda reparación y reconciliación", dijo Sánchez.
Para el candidato del FMLN es necesario que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) derogue la ley, que fue promovida por la administración del ex presidente Alfredo Cristiani, bajo cuyo gobierno se firmó la paz.
El procurador para la Defensa de Derechos Humanos, Oscar Luna, criticó que no hayan sido juzgados los principales actores de los abusos cometidos durante el conflicto.
Por su parte el coordinador del FMLN, Medardo González, opinó que los acuerdos de Chapultepec "han traído beneficios innegables y yo estoy plenamente convencido que este país está construyendo democracia precisamente como fruto de esos acuerdos".
En vísperas del aniversario, cerca de 200 ex combatientes reclamaron al gobierno el aumento de un 50 por ciento las pensiones, además de atención médica en el Instituto del Seguro Social, pago de aguinaldo y créditos sin interés.
El presidente de la Asociación de Lisiados de la Fuerza Armada de El Salvador (ALFAES), Efraín Fuentes, criticó que el aniversario es conmemorado mientras los 16.600 lisiados viven marginados y con una pensión de 100 dólares.
Daniel Hernández, ex miembro de la antigua guerrilla, también pidió a la Asamblea Legislativa que aprueben una reforma a la ley de lisiados.
Hernández, quien es presidente de la Fundación de Lisiados del FMLN, lamentó que cada año mueran 200 ex combatientes por falta de medicinas y tratamiento adecuado.
La guerra civil salvadoreña finalizó el 16 de enero de 199,2 cuando el gobierno del ex presidente Cristiani firmó el acuerdo de Chapultepec con la antigua comandancia general del FMLN.
De 1980 a 1992 los salvadoreños sufrieron un conflicto fratricida que dejó unos 75.000 muertos, 1.579 millones de dólares en daños a la infraestructura y más de 7.000 desaparecidos, entre ellos alrededor de 900 niños que fueron secuestrados por el ejército.
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