(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – La expectativa de que la llegada al poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), después de 12 años de gobierno del Partido de Acción Nacional (PAN), traiga a México el cambio que el país espera, sobre todo en materia de seguridad, economía y mercado laboral, no bastó para que la investidura del nuevo presidente, Enrique Peña Nieto, transcurriera en la normalidad que suele acompañar a este tipo de actos.
Numerosas personas se concentraron en el Centro Histórico de la Ciudad de México para protestar desde el mismo día uno contra el nuevo mandatario, elegido no sin polémica por las acusaciones de fraude del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y por los desencuentros con el sector estudiantil. Pero el acto se tornó violento y terminó con 92 detenidos en los enfrentamientos con los agentes del orden, así como cuantiosos daños materiales.
Marcelo Ebrad, jefe del gobierno capitalino, precisó ante los medios que ocho personas resultaron heridas durante la manifestación, cuatro de ellas policías con pronóstico grave, y reconoció que “nunca”, durante su mandato, “habíamos tenido una provocación de este tamaño. Esto no tiene que ver con una protesta política aceptable. Condenamos todos los actos de barbarie”.
Los manifestantes se habían concentrado desde muy temprano en las inmediaciones del Congreso, donde se registraron los primeros incidentes, y posteriormente se trasladaron al Centro Histórico, donde lanzaron cócteles molotov y arremetieron contra una sucursal del BBVA-Bancomer, el lobby del Hotel Hilton, una tienda de fotos, una tienda de deportes y un restaurante de comida rápida.
Ebrad acusó de liderar los actos vandálicos a grupos de anarquistas que tenían la intención de “dañar deliberadamente la ciudad” y que nada tenían que ver con la investidura de Peña Nieto. “Eso es agredir a la ciudad (…) y no va a quedar impune”, subrayó con una visible indignación.
El alcalde acusó a los manifestantes de haber rociado con gasolina a varios policías y confirmó que los agentes del orden se incautaron una granada de fragmentación.
Los detenidos, en su mayoría jóvenes de entre 18 y 20 años de edad, aunque también hay once menores, pudieran enfrentar penas de entre 5 y 30 años de cárcel, afirmó por su parte el procurador del Distrito Federal, Jesús Rodríguez, que apuntó directamente a los grupos Bloque Negro Anarquista, Cruz Negra Anarquista y Coordinadora Estudiantil Anarquista como los principales responsables de los disturbios.
Medios de comunicación mexicanos aseguraron que turbas de jóvenes encapuchados, algunos de ellos armados con piedras, palos y cilindros de gas, asaltaron sucursales bancarias, hoteles y restaurantes ubicados en la zona, una de las más frecuentadas por turistas y residentes en la ciudad.
Como parte de las investigaciones, las autoridades aseguraron que examinarán las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en el Centro Histórico, por lo que no descartan nuevas detenciones.
En tanto, Jesús Zambrano, presidente del PRD, segunda fuerza más votada en las elecciones generales ganadas por el PRI, declaró inmediatamente que su partido no tiene nada que ver con la protesta y exigió al gobierno de Ebrad, de su propia formación, que investigue lo ocurrido para hallar a los culpables.
“No se puede justificar que por puntos de vista políticos se ejerzan actos de violencia que atenten contra la seguridad de las personas y las instituciones. Estamos por ello en este sentido claramente en solidaridad con las acciones del gobierno de la ciudad”, agregó Zambrano y defendió el legítimo uso de la fuerza por parte de la Policía mexicana.
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