MEXICO, 1 dic (Xinhua) -- El nuevo presidente de México, Enrique Peña, dijo hoy, al emitir su primer mensaje a la nación, que "el pasado será fuente de inspiración" para su gobierno, cuyo objetivo será "llevar a México a convertirse en la potencia que debe ser".
"México está listo para despuntar en el siglo XXI, tenemos una oportunidad histórica para convertir a México en una potencia como debe ser", dijo el nuevo jefe de Estado, tras destacar el pasado de su país, desde el prehispánico hasta "el de las instituciones".
"El pasado será fuente de inspiración para mi gobierno", subrayó el mandatario.
A lo largo de su discurso, de alrededor de 50 minutos, Peña reiteró la necesidad de transformar a su país.
"Hay que transformar a México. Seamos parte del México que no le tiene miedo a la transformación. Seamos parte de la generación de la transformación nacional", dijo.
Además, anunció que durante su sexenio una prioridad será conseguir la paz en este país, afectado durante los últimos seis años por la violencia atribuida por el gobierno saliente a los cárteles del narcotráfico, que dejó al menos unos 47.000 muertos.
"El primer eje de mi gobierno será lograr un México en paz", expuso Peña.
En ese rubro, tan sensible para los mexicanos que padecieron la violencia del crimen organizado y la "guerra" que lanzó desde 2006 Felipe Calderón, dijo que su objetivo será una paz donde pondrá al ciudadano y a su familia en el centro de las políticas de seguridad, "con una real y eficaz coordinación entre órdenes de gobierno".
"Vamos a recuperar para los ciudadanos, los pueblos y las carreteras deben ser otra vez espacios de paz, donde se transite sin temor a perder la vida", prometió Peña.
Ofreció también "respetar" a todas las voces de la sociedad y garantizó que en su gobierno habrá plenas libertades para el ejercicio periodístico y de expresión.
"Seré un presidente cercano a la gente", abundó el político del Partido Revolucionario Institucional, que con él vuelve al poder que ostentó siete décadas hasta 2000, cuando pasó a oposición de gobiernos conservadores emanados del Partido Acción Nacional.
También enumeró otros "ejes de su gobierno", que son "lograr un México incluyente; otro, la educación, un cuarto, conseguir un "México próspero".
Y un quinto, enfocado a las relaciones exteriores, sería impulsar la participación global del país, según dijo Peña ante un auditorio en Palacio Nacional que incluyó entre sus invitados al vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.
En su alocución, Peña también destacó que en el país hay en la actualidad solidez económica y en las instituciones, con democracia y con alternancia.
Además, perfiló las primeras acciones de su administración, entre ellas un código penal único para todo el país -dado que las 32 entidades en las que se divide tienen su norma local-; lanzar una cruzada nacional contra el hambre; desistirse de una controversia constitucional por la Ley de Víctimas, para que se publicada como la aprobó el Congreso, y reformas al artículo 3 constitucional relacionado con educación pública.
Peña asumió este sábado la jefatura de Estado para un periodo de seis años, en una ceremonia de protesta del cargo ante el Congreso, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, en la que recibió la banda presidencial de Calderón, que entregó el poder al político del PRI, partido que vuelve a la residencia oficial de Los Pinos tras 12 años.
Más tarde, el mandatario mexicano se trasladó a la sede del gobierno en Palacio Nacional, donde emitió su mensaje ante representantes de los tres Poderes del Estado, invitados especiales como el príncipe Felipe de España o los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, de Costa Rica, Laura Chinchilla, y de Nicaragua, Daniel Ortega.
También ante los miembros de su gabinete, presentado la víspera, entre ellos Miguel Osorio, la Secretaría de Gobernación (Interior); Jesús Murillo, en la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía), José Antonio Meade, canciller y único sobreviviente del equipo de Calderón, donde pasó por las carteras de Energía y de Hacienda.
Además del titular de Educación, Emilio Chuayffet, un reputado político del PRI quien mantuvo hace una década un fuerte enfrentamiento con la poderosa lideresa del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo, cuando ambos eran diputados priistas.