La Asamblea Nacional (Congreso) de Ecuador condenó hoy los hechos de violencia suscitados en la Franja de Gaza y se solidarizó con las víctimas civiles del conflicto Israel-Palestina.
La condena legislativa fue aprobada con 63 votos mediante una resolución en la sesión plenaria celebrada en Quito.
El Ejército de Israel bombardeó la semana pasada diversos enclaves palestinos y causó la muerte de 168 habitantes, mientras que los palestinos respondieron con cohetes y terminaron con la vida de seis israelíes.
La Legislatura ecuatoriana condenó "el empleo de la fuerza en la solución de conflictos en las relaciones internas e internacionales, que ocasiona graves afectaciones a los derechos humanos y ponen en riesgo la paz mundial", según el texto de la resolución.
Además, expresó su condena frente a la violencia y las hostilidades dirigidas a la población civil, al tiempo que manifestó su apoyo al respeto irrestricto al alto al fuego pactado por las partes.
El pasado miércoles comenzó a observarse un cese del fuego en la Franja de Gaza tras un acuerdo entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás para poner fin a ocho días de hostilidades.
La tregua ha sido aplaudida por la comunidad internacional, que aboga por una solución definitiva al conflicto.
Igualmente, la Asamblea reclamó "enérgicamente al gobierno de Israel la apertura permanente de todos los pasos fronterizos, desde y hacia Gaza", para permitir el tránsito de personas, bienes, material humanitario y flujos comerciales a fin de mejorar las condiciones de vida de la población palestina.
El parlamento ecuatoriano, amparado en la resolución 242 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de 1967, formuló un llamado para que se ponga fin a la ocupación israelí de los territorios palestinos ocupados, incluyendo Jerusalén Este, y el cese definitivo de la construcción de colonias israelíes en dichos territorios.
La resolución también defiende el respeto a los derechos inalienables del pueblo palestino, en particular su derecho a la autodeterminación y a un Estado independiente, y promueve la resolución justa del problema de los refugiados palestinos, de acuerdo con la resolución 194 (III) del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (1948).