El gobierno de Río de Janeiro informó el jueves que las dos empresas finalistas para optar a la licitación de la concesión privada del estadio de Maracaná serán un consorcio liderado por el multimillonario brasileño Eike Batista y otro encabezado por la gestora del estadio Amsterdam Arena.
El anuncio de las finalistas, realizado este jueves en la sede del gobierno regional, estuvo marcado por las protestas de organizaciones sociales, que se oponen a la "privatización" del Maracaná, y por una sentencia judicial que prohibía la publicación de las dos finalistas y que fue anulada por otro tribunal regional.
El primer finalista que aspira a ganar la licitación del Maracaná es el consorcio Maracana S.A., que está integrado por IMX, una de las empresas del conglomerado propiedad de Batista y que fue responsable de elaborar el estudio de viabilidad usado en la licitación; Odebrecht, una de las constructoras que participan en la reforma del estadio, y por la compañía gestora de estadios AEG.
El otro finalista es el consorcio Complejo Deportivo y Cultural de Río, encabezado por la holandesa Amsterdam Stadion, gestora del Amsterdam Arena, y en el que también participan la constructora brasileña OAS y el grupo francés Lagardère Unlimited.
El gobierno de Río de Janeiro no quiso pronunciarse sobre cuándo dará a conocer el ganador de la licitación, que tendrá derecho a administrar durante los próximos 35 años el estadio Maracaná, el templo del fútbl brasileño, así como el Maracanazinho, su pabellón contiguo.
Otras de las exigencias que deberá cumplir el consorcio ganador es responsabilizarse por una serie de obras en el entorno del complejo deportivo, entre las que se incluye la demolición de una pista de atletismo, unas piscinas olímpicas y una escuela municipal que están en el recinto y la construcción de un aparcamiento y dos museos, uno futbolístico y otro olímpico.
El anuncio de los dos consorcios finalistas vino marcado por las protestas de decenas de manifestantes ante la sede del gobierno de Río de Janeiro para protestar contra la "privatización" del estadio y en contra de la demolición de la pista de atletismo, las piscinas y la escuela.
El estadio de Maracaná, en obras desde 2010, se encuentra en la fase final de su reforma y debe ser inaugurado el próximo mes de junio con un partido entre la selección brasileña y la de Inglaterra. El recinto acogerá a finales de junio la final de la Copa Confederaciones de fútbol y la final del Mundial de 2014.