El medalllista olímpico mexicano de marcha, Noé Hernández, falleció hoy, "de paro cardíaco", una semana después de que salió del hospital tras sobrevivir a un balazo que recibió en la cabeza el 30 de diciembre pasado.
El presidente de la Asociación de Medallistas Olímpicos Mexicanos, Daniel Aceves confirmó a Xinhua el fallecimiento "por un infarto" del ex marchista, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000.
La prensa mexicana difundió que Hernández, de 34 años, sufrió "un infarto" en su domicilio por lo que fue trasladado de emergencia a un hospital cercano, en el Estado de México, a donde ingresó alrededor del mediodía, sin que los médicos pudieran restablecer los signos vitales.
El pasado 30 de diciembre, Hernández recibió un balazo a la altura de la sien, en medio de un tiroteo en un bar del estado de México (centro), donde se desempeñaba como secretario de Deportes del gobierno regional, que de 2005 a 2011 encabezó el ahora presidente mexicano Enrique Peña.
El subcampeón olímpico en Sidney 2000 que perdió el ojo izquierdo y tenía afectada la visión en el derecho tras la agresión, permaneció una semana en el hospital y fue dado de alta con pronóstico favorable de recuperación.
El 9 de enero pasado, en la única entrevista que concedió a la cadena Televisa, Hernández dijo que el tiroteo en el que resultó herido, posiblemente fue un atentando en su contra, luego de recibir constantes amenazas de secuestro.
Noé Hernández se colgó la medalla de plata en la prueba de los 20 kilómetros en los Olímpicos de Sidney 2000, detrás del multicampeón olímpico y mundial, el polaco Robert Korzenowski.