El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció hoy una nueva iniciativa para alentar a los contribuyentes morosos a pagar sus impuestos.
De conformidad con el programa, una licencia de conducción del estado de Nueva York podrá ser suspendida cuando la deuda por pagar del contribuyente supere los 10.000 dólares. La medida es resultado de una legislación introducida como parte del Presupuesto Ejecutivo y convertida en ley a principios de este año.
"Nuestro mensaje es simple: los incumplidos que no se apeguen a las mismas reglas que todos los demás no tendrán derecho a los mismos privilegios que todos los demás", dijo Cuomo.
Se calcula que la nueva iniciativa incrementará la recaudación del estado en alrededor de 26 millones de dólares durante este año fiscal y en cerca de seis millones de dólares al año de aquí en adelante.
El Departamento de Impuestos enviará la primera ronda de 16.000 avisos de suspensión a los contribuyentes morosos, quienes tendrán 60 días a partir de la fecha de envío del aviso para arreglar el pago con el departamento. Si el contribuyente no lo hace, el Departamento de Vehículos de Motor enviará una segunda carta en la que otorgará 15 días adicionales para responder. Si el contribuyente moroso no responde al exhorto para realizar el pago, la licencia de conducción será suspendida hasta que la deuda sea pagada o hasta que se establezca un plan de pago.
El contribuyente que conduzca su auto mientras la suspensión esté en vigor será objeto de arresto y multas. Quienes tengan una licencia suspendida podrán solicitar, sin embargo, una licencia restringida que les permitirá conducir hasta su sitio de trabajo y regresar directamente a su casa.
En el estado de Nueva York, el 96 por ciento de los impuestos son pagados por negocios e individuos que cumplen voluntariamente con sus obligaciones fiscales. El cuatro por ciento restante es recaudado por los programas de auditoría, recolecciones e investigaciones penales del Departamento de Impuestos. Por medio de programas como la suspensión de las licencias de conducir, el departamento asegura una administración fiscal justa para todos los neoyorquinos.