Por Yi Wei
Pekín,19/12/2014(El Pueblo en Línea)-Últimamente, la actitud de Estados Unidos hacia China ha experimentado algunos desafueros. Su ya conocida política de doble rasero ha adoptado curiosas novedades. Aunque la relación entre China y Estados Unidos transcurre bajo una "nueva normalidad" de cooperación más profunda, se aderezada con una mayor dosis de precaución. La sospecha de que China se ha "endurecido" ha ganado terreno en sus círculos y análisis.
La ideas "radicales" contra China fueron alentadas durante el primer mandato de Obama, intentando tergiversar el punto de vista chino sobre temas como la disputa del mar meridional de China. Hoy, el gobierno de Estados Unidos otra vez teme que la política exterior de China se le ponga difícil. Teme que China se sienta lo suficientemente segura como para desafiar el liderazgo de los Estados Unidos, y responda enérgicamente en lugar de esforzarse en mantener el equilibrio en las relaciones mutuas. Es un lugar común reconocer que Estados Unidos está todavía en "pañales", en cuanto a comprender la política exterior china bajo el nuevo liderazgo. Muchos incluso sugieren que la relación entre China y Estados Unidos se encuentra ahora en una "encrucijada".
De hecho, la ansiedad estratégica de Estados Unidos es la razón principal que explica por qué la teoría del "endurecimiento" de China ha ido ganando terreno en su mente. Sin embargo, no se dan cuenta que sus preocupaciones son el producto de los magros resultados actuales y el mal manejo de sutuaciones, de sus controversias con Irán, Corea del norte y la creciente amenaza del Estado Islámico. A estas preocupaciones, se suman la incertidumbre sobre el futuro de la economía mundial y la entredicha incondicionalidad de sus tradicionales aliados.
Iniciativas como "una ruta, un cinturón", o el Banco Asiático de Inversión para infraestructuras son estrategias loables, a través de las cuales China propicia la inclusión global. La política exterior de China no está orientada hacia un neocolonialismo económico o pretende un hegemonismo cultural. El desarrollo pacífico, unido a la cooperación mutua y beneficiosa siempre ha presidido la actitud de China hacia los Estados Unidos.
Estados Unidos no tienen necesidad de preocuparse sobre la infundada "inédita rudeza" China.
Si Estados Unidos analiza con objetividad la intención estratégica de China y fomenta los canales bilaterales adecuados para el desarrollo mutuo, saludablemente podrá prescindir de sus "fantasmas amarillos".