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Bienvenido al mayor vertedero del mundo (2)

Un problema a largo plazo

La vida de los plásticos es un problema aún mayor. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos ha calculado que un sedal de pesca podría tardar 600 años en degradarse completamente, mientras que las botellas de plástico tardarían 450 años, y las boyas de espuma de poliestireno unos 80 años.

Los plásticos derivados del bisphenol-A se han hacho muy populares desde que se inventaran en la década de los 50 por su alta resistencia al calor, además de la gran claridad visual que proporcionan, es decir, son perfectos para la fabricación de artículos como CDs, ordenadores, equipos deportivos y envases de alimentos y bebidas, entre otras cosas.

Sin embargo, una investigación ha indicado que BPA, como lo conocen los químicos, puede afectar al sistema endocrino humano, especialmente durante las etapas de desarrollo, como en los fetos o durante la infancia.

Pero incluso antes de que se degraden, estos plásticos tienen un efecto devastador en la vida marina. El programa de medio ambiente de las Naciones Unidas ha informado de que al menos 267 especies marinas en todo el mundo, incluido el 86% de todas las especies de tortugas marinas, el 44% de todas las especies de aves marinas y el 43% de todas las especies de mamíferos marinos, sufren las consecuencias al quedar enredados o tragar este tipo de desechos.

Según Greenpeace, aproximadamente del 50% al 80% de las tortugas marinas encontradas muertas habían ingerido desechos marinos. La situación es muy similar con las aves marinas.

Contramedidas

En la ciudad costera de Dalian, en la provincia de Liaoning, Tang Zailin, vicepresidente de la Asociación de Voluntarios para la Protección Medioambiental de Dalian, organiza grupos de voluntarios los fines de semana a recoger residuos de construcción y desperdicios desechados por los turistas en la costa. El programa de voluntariado ha estado funcionando durante casi diez años.

La costa de Dalian representa el 10% del total de costas de China. Comparado con el Mar Amarillo, las aguas de la bahía de Bohai son tranquilas y apacibles, y como resultado, la capacidad de auto-depuración de las aguas es bastante débil. En los últimos años, el rápido crecimiento de la zona se ha traducido en un mayor número de escombros flotantes.

"Hemos estado tratando de recoger basura del agua, del fondo del mar y de las playas", dijo Tang.

"Usted puede encontrar de todo en el mar, desde bolsas de plástico, hasta periódicos", dijo, añadiendo que unos voluntarios encontraron una vez hasta dos teléfonos móviles en el fondo del mar.

Mientras que los esfuerzos de Tang y otros voluntarios de todo el mundo se merecen un aplauso, algunos expertos, como Carl Safina, presidente fundador de Blue Ocean Institute, lo ve como una medida paliativa, pero no una solución.

Safina está convencido de que ese problema seguirá presente a menos que se lleven a cabo medidas radicales en tierra firme, no en los océanos. Para él, el tipo de plástico utilizado en el empaquetado es una parte crucial del problema.

"El plástico se puede hacer de materiales que realmente degradables. Pero ahora, algunas cosas se hacen así. ¿Por qué envasamos algo como el yogur, que dura como mucho dos semanas, en un envase cuyo material dura siglos? No tiene sentido", dijo.

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