BEIJING, 4 Mar (Xinhua) -- Para el "defensor más activo de los derechos humanos" del mundo, la matanza indiscriminada más reciente de 29 civiles inocentes en una atestada estación de trenes en China es demasiado insignificante para ser una actividad terrorista.
La embajada de Estados Unidos en China ha minimizado la gravedad de la matanza en la suroccidental Ciudad de Kunming, al describirla en su cuenta oficial de Weibo como "un acto de violencia totalmente sin sentido y horrible", antes que calificar a los agresores de "terroristas".
La referencia es la continuación de la ambigua posición del gobierno sobre la política china contra el terrorismo en Xinjiang, una noroccidental región autónoma acosada por bombas suicidas y ataques mortales.
En un episodio relacionado, CNN, que ofreció disculpas luego de sus tendenciosamente editadas fotografías noticiosas sobre un informe de los disturbios del 14 de marzo en Lhasa, la capital del Tibet, ocurridos en 2008, ha mostrado una vez más sus dudas e incredulidad, si no ironía, al usar comillas en la palabra "terroristas" al emitir su informe más reciente sobre la matanza de Kunming.
La manera en que el gobierno de Estados Unidos y algunos medios de comunicación describen los ataques terroristas en China ha puesto en evidencia su persistente doble moral en la lucha global contra del terrorismo.
Su clemencia para los terroristas está enviando señales de aliento a potenciales agresores.
No se trata de la primera vez que adoptan una doble moral frente al terrorismo. En octubre último, CNN publicó un artículo intitulado "La crisis de Tian'anmen: ?terrorismo o grito de desesperación"? luego que separatistas a bordo de un vehículo irrumpieron en la Plaza de Tian'anmen en Beijing, matando a cinco e hiriendo a 40 personas.
Los asesinatos más recientes en una estación de trenes, cuyas evidencias apuntan a separatistas de Xinjiang que actuaron por motivaciones políticas, son el capítulo más reciente de una serie de ataques terroristas perpetrados por ellos.
Estos hechos se cometen por entidades ajenas al estado, involucran violencia y están diseñados para lograr un impacto psicológico más allá de sus víctimas inmediatas.
Se trata del 9/11 chino, aunque a menor escala.
La matanza más reciente de civiles se inscribe en el ataque terrorista típico y comparte similitudes con hechos ocurridos en Boston y Nairobi, los cuales fueron condenados por el gobierno de Estados Unidos como terrorismo sin duda alguna.
Detrás de la redacción está la arraigada concepción estadunidense de que los asesinatos de Xinjiang derivaron de los "étnicamente oprimidos en busca de autonomía".
Nada, sin embargo, sea por motivos políticos o religiosos, justifica la matanza de inocentes.
Washington está una vez más jugando "la carta del contra-terrorismo". Para el gobierno de Estados Unidos y medios tendenciosos como CNN, la única norma para las actividades terroristas es si éstas se registran dentro de su propio territorio o el de sus aliados.
El gobierno de Washington y los medios tendenciosos deberían saber que su doble moral en materia de terrorismo se volverá un día en su contra e impactará sus propios intereses.