BEIJING, 7 may (Xinhua) -- El Departamento de Defensa estadounidense presentó el lunes un informe sobre China en el cual se realizan valoraciones infundadas sobre el desarrollo del ejército y de medidas de seguridad por parte del país asiático.
Este gesto imprudente no sólo es contradictorio, ya que Washington ha estado expresando su intención de impulsar sus lazos militares con China, sino que también perjudica las aspiraciones de ambos países de forjar una asociación cooperativa basada en el respeto y el beneficio mutuos.
El Informe Anual sobre Desarrollos en el Ejército y la Seguridad en relación a la República Popular China (RPCh) especuló que la modernización militar de China tiene como objetivo "mejorar la capacidad de sus fuerzas armadas para luchar y ganar conflictos militares regionales de corta duración y muy intensos".
Al decir que el desarrollo militar de China "sirve intereses y objetivos más estrictos de la RPCh, incluidas disputas territoriales", el informe invocó la manera de pensar de la Guerra Fría y la mentalidad del juego de suma cero, y malinterpretó la naturaleza de la inversión militar de China.
Los analistas ignoraron el hecho de que China ha reafirmado en repetidas ocasiones la naturaleza defensiva de su política de defensa nacional. El último Libro Blanco de China, publicado el mes pasado, dejó claro que sus fuerzas armadas siempre han sido una fuerza firme en el mantenimiento de la paz mundial y la estabilidad regional.
Como una potencia económica global, China tiene un número tremendo de vías marítimas económicas que defender. El desarrollo de sus capacidades militares con el fin de salvaguardar su soberanía y proteger sus vastos intereses en todo el mundo está totalmente justificado.
Además, el informe también interfirió con los asuntos internos de China al pronunciarse sobre la situación entre ambos lados del estrecho de Taiwan, y aseguró que "el EPL (Ejército Popular de Liberación) ha desarrollado y desplegado capacidades militares para forzar a Taiwan o para intentar una invasión, si fuera necesario".
La esencia del informe contradice el entendimiento mutuo entre Estados Unidos y China sobre el desarrollo de lazos militares.
Durante una cumbre celebrada en enero de 2011, el presidente estadounidense Barack Obama y el entonces presidente chino Hu Jintao afirmaron conjuntamente que "una relación entre ejércitos saludable, estable y fiable forma parte esencial de la visión compartida de una relación positiva, cooperativa e integral entre Estados Unidos y China".
Si actuara en acuerdo con el informe, Washington podría poner en peligro la confianza mutua entre las dos mayores economías del mundo y crearía obstáculos para el desarrollo de su relación, la cual supone una de las dinámicas más importantes del mundo.
Asimismo, al subrayar la supuesta asertividad creciente de China con respecto a las disputas territoriales marítimas, el informe podría envalentonar a los países involucrados en disputas marítimas con China y sembrar la inestabilidad en la región de Asia-Pacífico.
El informe infundado dijo que China carece de transparencia sobre su gasto militar. Por el contrario, China ha publicado ocho libros blancos sobre defensa desde 1998 para mejorar su transparencia militar e impulsar la confianza mundial en su compromiso con el desarrollo pacífico.
También se acusó a China de ciberespionaje para obtener información que beneficie a los sectores de la defensa, los planificadores militares y los líderes gubernamentales.
De hecho, China ha repetido una y otra vez su oposición a cualquier forma de piratería informática y el país ha exigido la realización de esfuerzos globales para luchar contra la piratería.
Según un informe reciente del Centro de Coordinación del Equipo Técnico de Respuestas de Emergencia de la Red Informática Nacional, la seguridad informática de China debe hacer frente a amenazas cada vez más serias, y Estados Unidos es la mayor fuente de ciberataques.