El consumo, principal motor de la economía de Argentina que explica las dos terceras partes del crecimiento del país en la última década, se mantendrá estancado en 2014, a partir de una esperable moderación fiscal por parte del Gobierno tras los comicios legislativos de hace una semana.
Así lo estableció hoy la consultora especializada Management & Fit (M&F) en un reporte sobre el tema.
"Finalizado el proceso electoral, es de esperar que la moderación fiscal lleve al consumo a una nueva fase de estancamiento en 2014.
"Con reducidos incentivos políticos y acuciado por necesidades fiscales (el déficit financiero rondaría el 2,7 por ciento del Producto Interno Bruto este año), es probable que el Gobierno modere su política de ingresos", dijo a esta agencia el economista en jefe de la consultora, Matías Carugati.
Ello haría que el impacto de la masa de recursos volcada a la economía hasta ahora vaya diluyéndose a medida que la inflación sigue su curso, observó.
Para el analista argentino, "con suerte, si los precios no se aceleran significativamente, el consumo podría sostenerse hasta que comience a cerrarse el próximo ciclo de paritarias".
Sin embargo, alertó que "en este escenario el principal motor de la economía, que explica dos tercios del crecimiento de la última década, se mantendría estancado, en un contexto incierto para las exportaciones netas (por el crecimiento acotado de la demanda externa y el déficit energético) y la inversión (por el cepo cambiario y la incertidumbre sobre el futuro económico)".
"Por motivaciones económicas y electorales, desde fines de mayo en adelante el Gobierno llevó adelante una intensa política de ingresos: incremento de subsidios, devolución de Ganancias (impuesto a los salarios) sobre el medio aguinaldo, aumento del Salario Mínimo Vital y Móvil, modificaciones impositivas y suba de Asignaciones Familiares (beneficio social)", recordó.
En el transcurso de un año, estas medidas equivalen a una inyección de no menos de 24.000 millones de pesos (equivalentes a 4.020 millones de dólares) al bolsillo de los consumidores.
El reporte detalló que, en lo que va de 2013, el consumo pasó por tres etapas diferenciadas, coincidentes con los trimestres del año.
Durante el primero, la combinación de precios nuevos con salarios viejos amenazó con reducir el consumo, lo que fue evitado gracias al "congelamiento", control pactado por el Gobierno con las grandes cadenas de supermercados para evitar aumentos en 500 productos básicos.
Dicho control, efectivo en sus inicios, logró moderar las subas de precios, acotando la caída de los ingresos reales y sosteniendo el nivel de consumo privado en niveles similares a los del 2012.
"Ya a partir del segundo trimestre, la progresiva pérdida de efectividad de los controles (y la consecuente aceleración inflacionaria) se contrarrestó con el efecto de las paritarias sobre los salarios, permitiendo no sólo mantener el consumo sino también incrementarlo en algunos segmentos", sostuvo Carugati.
También incidieron el cepo cambiario (control a la compra y venta de divisas) y la creciente brecha entre el dólar oficial y el paralelo, estimulando las ventas de bienes semi-durables (electrodomésticos) y durables (autos).
"Y si los controles fueron el factor principal en el primer trimestre del año y las paritarias durante el segundo, la política de ingresos del Gobierno fue la protagonista en los últimos tres meses, y lo será en lo que resta del año", previó el analista.
En Argentina, los datos oficiales mostraron un menor crecimiento del consumo privado en septiembre.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INDEC), las ventas en centros comerciales pasaron de expandirse 37 por ciento interanual en agosto a 23 por ciento interanual en septiembre, lo que equivale a una leve baja en términos reales si se descuenta la inflación.
Por su parte, las ventas en supermercados también registraron una caída real, al desacelerarse el crecimiento nominal de 29 por ciento interanual en agosto a 23 por ciento interanual en septiembre.
"Otros indicadores reflejan un panorama dispar", comparó el experto.
Mencionó en ese sentido mediciones de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME, entidad cercana al gobierno de la presidenta Cristina Fernández), según las cuales el volumen de ventas minoristas disminuyó 1,5 por ciento interanual en septiembre, recortando la baja de agosto (-2 por ciento interanual), aun cuando la base de comparación era favorable (las ventas habían caído 4,6 por ciento en septiembre del año pasado).
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