MADRID, 13 oct (Xinhua) -- El Ejecutivo español se muestra optimista ante la recuperación económica del país destacando las tasas positivas del Producto Interior Bruto (PIB) a final de año y marcando una suave expansión del 0,7 por ciento en el conjunto de 2014, incluso el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró que España estaba dejando atrás la recesión, pero aún no la crisis.
Además, el Banco de España (BE) aseguraba en su último informe que en el tercer trimestre ya podría haber un "leve avance", incluso el Producto Interior Bruto (PIB) puede cambiar de tendencia."Si el PIB crece es que la actividad económica y la riqueza están aumentando", indica María Jesús Fernández, analista de Coyuntura de la Fundación de Cajas de Ahorros.
En suma, son tímidos, pero comienzan a ser visibles los signos de la recuperación de la economía española ante la convulsa historia de la crisis que ha azotado al país durante el último lustro, pero cualquier racha de viento contrario puede ser el comienzo de un nuevo desmoronamiento para ese edificio aún sin apuntalar que dibujan las últimas cifras macroeconómicas, señalan economistas.
Asimismo, analistas hablan de dar un portazo a la recesión cuando la economía logra crecer tres trimestres consecutivos o lo hace de forma continuada y sólida, aunque el empleo es la cuestión. A pesar de que haya indicadores positivos, como algunos de consumo, inversión, actividad industrial o exportaciones que muestran cierta recuperación, el sentir de la ciudadanía todavía está lejos del optimismo del Ejecutivo ante el elevado desempleo existente que en septiembre se ubicó en torno a 4.724.355 personas.
Sin embargo, para el analista financiero Juan Ignacio Crespo, esta recesión es más profunda que otras pasadas, y destaca que, por ejemplo, en Estados Unidos en la crisis de 2001 se tardó dos años en volver a los niveles previos de empleo, mientras que en 2009 se han necesitado 4 años, de ahí, añade, que se ha duplicado el tiempo necesario.
Otro aspecto a favor de las tesis del Gobierno radica en los indicadores mensuales de la OCDE, cuya finalidad es anticipar cambios en la actividad económica respecto a una tendencia, y sitúan a España a la cabeza de los 34 Estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dando a España más expectativas de crecimiento (102.2 puntos) que a Alemania (100,4 puntos).
Y para rematar ese optimismo, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Juan Rossell, afirmó esta semana que la recuperación económica será más rápida y más intensa de lo que apuntan los analistas, pero advirtió al Ejecutivo de la importancia de seguir con las reformas.
Por su parte, el ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo el sábado que la recuperación es tenue, suave, modesta, pero es recuperación. Agregó el titular que las previsiones del Gobierno son más optimistas que las del Fondo Monetario Internacional (FMI) para los próximos años en relación al crecimiento en España.
No obstante, en otro sentido, la evolución del crecimiento económico, la tasa de desempleo, el precio de la vivienda y la deuda pública han contribuido a enfriar la euforia del Ejecutivo de Mariano Rajoy, ya que, según analistas, el crecimiento sólo llegará al 1 por ciento en 2017, con un paro del 25 por ciento durante cinco años, mientras el precio de los pisos caerá hasta un 50 por ciento y la deuda pública roza actualmente en el casi 100 por ciento del PIB.
Por último, en medio de esta crisis económica que vive España, el presidente de la estadounidense Universidad Internacional Schiller y Palmer Group, Russell Palmer, en declaraciones que recoge hoy el diario El País, señala que "España está en su mejor momento para invertir" y registrará importantes crecimientos en los próximos años.