El gobierno de Kenia extendió su operación de seguridad a los campamentos de refugiados en Dadaab, en el norte de Kenia, con el fin de intensificar las medidas severas tomadas contra los delincuentes quienes se encuentran detrás de la inseguridad en esta nación del este de Africa.
Kalicha Roba, comandante de la policía divisional de Dadaab, dijo que la operación la lleva a cabo de forma conjunta un equipo combinado de oficiales de seguridad y que su propósito es expulsar a los delincuentes y elementos de Al Shabaab, a quienes se ha responsabilizado de los ataques que han sacudido al país en las últimas semanas.
"Estamos realizando la operación con un rostro humano y de forma sistemática. Estamos yendo de puerta en puerta. Creemos que los campamentos son hogar de gente ajena y de delincuentes que no tienen los documentos necesarios para ser calificados de refugiados", indicó Roba.
Roba se negó a dar a conocer más información sobre la forma en que la operación se lleva a cabo en los campamentos y no dijo cuántos sospechosos han sido arrestados hasta ahora.
En las primeras horas del domingo, la policía emprendió la operación en los campamentos Ifo 1 y Dagahaley. Los dos campamentos albergan a la mayor cantidad de refugiados.
Roba dijo que el propósito de la operación, al igual que la que se estaba realizando en Mombasa y en el suburbio de Eastleigh, en Nairobi, es recuperar las armas utilizadas en los ataques y aprehender a los criminales detrás de los ataques.
"Estos criminales son individuos que buscamos porque son las mismas personas que perpetran los ataques, pero se vuelve difícil identificarlos", agregó Roba.
La operación de seguridad también se emprende en un momento en el que Kenia ha sido asolada por una serie de ataques terroristas, incluyendo incidentes en una iglesia y en pequeños restaurantes de Mombasa y Nairobi, en donde hombres armados mataron a al menos 12 personas y dejaron lesionadas a cerca de 50.