MONTREAUX, Suiza, 22 ene (Xinhua) -- El primer día de la conferencia de paz Ginebra 2 tuvo enfrentamientos entre el gobierno sirio y la principal oposición política que se sentaron hoy para conversaciones por primera vez en tres años.
El ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Walid Muallem, pidió a la comunidad internacional "dejar de apoyar a la oposición armada" en el país, indicando que algunos países que asisten a la conferencia tienen "sangre siria en sus manos".
"Siria es un país soberano y hará lo que considere necesario por los intereses del pueblo sirio", comentó. Si están realmente preocupsdos por la situación humanitaria en Siria, vamos a actuar adecuadamente.
Contó las atrocidades de los extremistas y acusó a quienes bajo el disfraz de la revolución tratan de encender la tensión en la nación.
Ahmed Jarba, director de la Coalición Nacional Siria, principal bloque opositor del país, criticó al gobierno por matar. "Los asesinatos masivos continúan en Siria. ¿Puede uno soportarlo? No es nuestra elección ostentar las armas", mencionó.
Dijo que no hay tiempo que perder y exigió el establecimiento de un gobierno de transición. "Para los sirios, el tiempo es sangre", añadió.
No obstante, Muallem dejó claro en su discurso que "nadie en este mundo tiene el derecho de quitar la legitimidad de un presidente o un gobierno... además de los sirios mismos".
Había habido esperanza de que la conferencia, 18 meses después de la primera reunión de Ginebra en junio de 2012, pudiera traer avances y concluir con los conflictos de tres años que han matado a 130.000 personas. Pero estuvo en peligro por la amenaza de último minuto de la oposición de retirarse de las conversaciones, luego de que Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, tratara de invitar a Irán, aliado del gobierno sirio, a participar en las conversaciones.