La misión de la ONU en República Centroafricana expresó hoy profunda preocupación por la reciente violencia de los grupos armados del país, dijo un vocero de la ONU en la sede de la organización.
Los incidentes de Boali, ubicada a 95 kilómetros de la ciudad capital de Bangui, provocaron la muerte de al menos 12 personas y dejaron más de 30 lesionados, incluyendo a niños, dijo a los reporteros el vocero de la ONU, Martin Nesirky, durante la sesión informativa diaria.
En una declaración, la Oficina Integrada de Apoyo para la Consolidación de la Paz en República Centroafricana (Binuca) expresó su preocupación por el "creciente entorno violento y los riesgos que esto conlleva".
La misión exhortó a "las autoridades de transición a respetar su deber de proteger a la población". También pidió a las autoridades presentar ante la justicia a los responsables de todos los actos de violencia y alentó a los líderes religiosos y políticos a desempeñar un papel constructivo en el aumento de la cohesión social en el país.
Además, Binuca reiteró la exigencia del Consejo de Seguridad en el sentido de que los elementos seleka y todos los otros grupos armados depongan las armas de inmediato y participen en los programas de desarme, desmovilización y reintegración.
República Centroafricana ha sido escenario de nueva oleada de violencia desde diciembre pasado cuando la coalición rebelde seleka emprendió una serie de ataques que culminaron en marzo cuando el presidente centroafricano, Francois Bozize, fue obligado a huir.
Con el aumento de los enfrentamientos armados en el noreste en los últimos meses, la situación de seguridad se ha deteriorado cada vez más rápidamente. El país enfrenta ahora una alarmante situación humanitaria que afecta prácticamente a toda la población de 4,6 millones de habitantes.
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