Chile bajó dos lugares en el Indice de Percepción de la Corrupción 2013, pasando al puesto 22 y dejando de liderar en este aspecto a los países de América Latina y el Caribe.
Esta caída refleja el estancamiento que ha venido experimentando el país sudamericano en esta medición elaborada cada año por Transparencia Internacional, que incluye a 177 naciones y regiones, analizadas por 13 instituciones internacionales que valoran diversos aspectos de la trasparencia y probidad en el sector público.
En Chile, el ranking se elabora en base a ocho organismos que estudian el comportamiento de las instituciones públicas en diversos ámbitos.
Este país obtuvo el menor puntaje en la encuesta del Anuario de Competitividad Mundial 2013, hecha por una prestigiosa escuela de negocios de Suiza, que mide competitividad entre naciones. Fue mal evaluado ante la pregunta sobre "soborno y corrupción: ¿existe o no?".
En la lista, liderada por Dinamarca y Nueva Zelandia, Chile se encuentra dentro de los países que presentan menores índices de corrupción.
El panel que hizo el análisis en Santiago lo integraron el ex ministro de Hacienda Andrés Velasco; el presidente del Consejo para la Transparencia, Jorge Jaraquemada, y el abogado y presidente de Chile Transparente (capítulo chileno de Transparencia Internacional) Gonzalo Delaveau.
El ministro de la Presidencia, Cristián Larroulet, presente en la presentación del informe, dijo que la próxima medición registrará el estancamiento del país en materia de transparencia, situación que en parte debiera reforzarse alcanzando la aprobación de leyes que se encuentran en discusión en parlamento.
"Es urgente avanzar en los cuatro proyectos de ley que están ad portas de ser aprobados en el Congreso, y que van a permitirnos estar dentro de los 10 países más avanzados en materia de institucionalidad pro transparencia en la Organización para la Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE)", precisó.
Se trata de los proyectos de ley: La ley de Lobby, de Probidad Pública,de Más Transparencia y de Transparencia Municipal, los cuales están en su tramitación final.
El año 1997, Chile ocupaba el lugar 23 del ranking de la Corrupción,mientras Uruguay tenía el 35, pero este año se ubica en el 22, uno menos que hace quince años, y Uruguay está en el 19, dieciséis menos que al inicio de la medición.
Otros puntos evaluados se relacionan con la falta de una Ley de Lobby(para regular influencia de empresas en los legisladores; la necesidad de más fiscalización municipal; déficit en las políticas de defensa ligadas a las armas que ingresan al país; y modificar la ley de financiamiento a los partidos políticos para evitar vicios en el traspaso de dineros.
Delaveau sostuvo que "se necesita de un cambio cultural, capaz de fortalecer los valores de la educación, la probidad y la ética para ir reduciendo la corrupción".
A su juicio, "se ha olvidado el sentido de la importancia de las instituciones públicas, de cómo funciona nuestra democracia y eso se ve reflejado en la abstención en las votaciones, en una falta de interés de las personas, por lo que pasa en su democracia".
Indicó que "lo mismo pasa con la trasparencia, la corrupción, y hay que educar valores, la sinceridad, la honestidad que fundan la confianza. Ahínos falta retomar la educación cívica, la filosofía, pero que son los que dan los resortes morales a nuestros ciudadanos", precisó.
Por su parte, Jaraquemada hizo hincapié en la necesidad de considerar la percepción ciudadana en los índices y evaluar el acceso a la transparencia desde estos sectores, instancias que no estarían consideradas en una encuesta que se realiza de forma focalizada a grupos dirigenciales de los países.
El panel hizo un llamado a la clase política chilena para tomar consciencia de la necesidad de legislar en torno a la probidad, destacando la dificultad de avanzar en la materia producto de la apatía con la que se trata a nivel local en Chile.
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