El presidente egipcio, Mohamed Morsi, indicó el martes que permanecerá en el poder, a pesar de la actual división política en su país, con la oposición y los liberales urgiéndole a dimitir.
En un discurso televisado, Morsi dijo que no habrá alternativa para la legitimidad, y juró proteger su "legitimidad constitucional" que es la única garantía contra la lucha civil.
Urgió a los egipcios a no atacar al ejército y a la policía, y también hizo un llamamiento para que el ejército retire su ultimátum, anunciado hace un día, y que da a Morsi 48 horas para llegar a un acuerdo con sus oponentes.
El presidente ha reiterado que llegó al poder a través de unas elecciones presidenciales, subrayando que la "revolución" de 2011 fue pacífica.
"Quiero que Egipto sea dueño de su propia voluntad... que nadie le dicte lo que debe hacer... hay gente en el extranjero que no quiere que Egipto sea dueño de su propia voluntad. Es fácil solo atender a instrucciones", dijo Morsi.
Mientras tanto, acusó a los remanentes del antiguo régimen de bloquear el periodo de transición democrática de Egipto.
"El viejo régimen no quiere democracia. Están acostumbrados a las elecciones fraudulentas", dijo Morsi, añadiendo que "no saben lo que significa ni democracia ni libertad de expresión".
Tras el discurso de Morsi, millones de sus oponentes, que han protagonizado protestas en la histórica Plaza Tahrir de El Cairo, y otras plazas repartidas por todo el territorio nacional, expresaron su indignación. "Márchese, Márchese", gritaban.
Al menos 16 personas han muerto hoy en El Cairo y otras 200 más han resultado heridas en otras provincias, según empleados de hospitales, funcionarios de seguridad y medios de comunicación. Las últimas muertes elevan a 30 el número total de fallecidos desde que comenzaran las protestas.
Las tropas se encuentran en alerta debido a advertencias sobre una posible guerra civil. El miércoles, el alto mando de Egipto, en una respuesta titulada "Las Ultimas Horas" a Morsi, afirmó que el ejército está preparado para morir defendiendo al pueblo de terroristas e idiotas.
"Juramos por dios que sacrificaremos incluso nuestra propia sangre por Egipto y su pueblo, para defenderlos de terroristas, radicales o idiotas", explica el comunicado publicado en la página oficial de Facebook del Consejo Supremo de Fuerzas Armadas (CSFA), encabezado por el comandante del ejército, el general Abdel Fattah al-Sisi.
Morsi también se enfrentó a nuevas fisuras dentro de su propio liderazgo.
Según funcionarios y la información de los medios, al menos seis ministros que no son miembros de los Hermanos Musulmanes, han presentado su dimisión desde el domingo, incluyendo el ministro de Exteriores, Mohamed Kamel Amr.
Tres portavoces del gobierno, dos de Morsi y uno del primer ministro, han sido los últimos en dimitir, aumentando el aislamiento del presidente, ya empeorado por el ultimátum del ejército. Unos 150 diplomáticos egipcios han firmado una petición urgiendo a Morsi a que dimita.