RIO DE JANEIRO, 13 mar (Xinhua) -- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, recibió hoy al futbolista Tinga, del Cruzeiro y el árbitro Marcio Chagas da Silva, quienes fueron víctimas de recientes episodios de racismo en las canchas.
El encuentro en el palacio presidencial en Brasilia fue realizado a pedido de la mandataria y ocurrió a menos de 100 días para la inauguración en Brasil del Mundial 2014, en el que el gobierno brasileño lanzará una campaña contra el racismo y por la paz.
Victima de insultos racistas en febrero, durante un partido por la Copa Libertadores ante el Real Garcilaso, en Perú, cuando hinchas locales imitaron sonidos de mono siempre que tocaba el balón, Tinga relató a la prensa que el encuentro con Rousseff ha sido "interesante".
"La presidenta se mostró preocupada con los incidentes que ocurrieron el mes pasado y yo tuve la oportunidad de comentar otras situaciones que también acontecen en nuestro país en términos de prejuicios, sea debido a la religión a la opción sexual, la forma física", agregó Tinga
A su vez, el árbitro Da Silva, quien además de insultos racistas tuvo su coche depredado después de un partido entre el Esportivo y el Vereanópolís por el campeonato del sureño estado de Río Grande do Sul, destacó la solidaridad de Rousseff y pidió acciones para movilizar las personas en contra de este tipo de situación.
El encuentro contó además con la participación de el ministro del Deporte, Aldo Rebelo, la secretaria de Políticas de Promoción de la Igualdad Racial, Luiza Bairrosy el ministro Gilberto Carvalho, de la Secretaría General de la Presidencia de la República.
Tinga regaló a Rousseff una camiseta de su equipo, Cruzeiro, lo que llevó a la presidenta a comentar en tono de broma: "El pueblo del Atlético me mata!", en una alusión al hecho de que ella es aficionada del Atlético Mineiro, archirrival de patio del Cruzeiro.