SANTIAGO, 7 dic (Xinhua) -- Las proyecciones hacia el año 2020 sugieren que China seguirá elevando de forma notoria su posición como socio comercial de América Latina y el Caribe, según un informe presentado hoy sábado por la CEPAL con sede en Santiago de Chile.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó el estudio a las delegaciones que asistieron a la VII Cumbre Empresarial China-América Latina y el Caribe, celebrada el mes pasado en San José, Costa Rica.
En su prólogo, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, afirma que en las últimas décadas China "se ha convertido en un factor clave para entender la evolución y perspectivas del proceso de globalización y está modificando aceleradamente el mapa de la economía mundial".
Según el documento, se espera que en 2017 el producto interno bruto (PIB) de China, medido en paridad de poder adquisitivo, supere al de Estados Unidos para transformarse en la primera economía del planeta.
De 2000 a 2012 el comercio de bienes entre la región y China se multiplicó por 21, al pasar de poco más de 12.000 millones de dólares a 250.000 millones, con lo cual las exportaciones latinoamericanas y caribeñas se multiplicaran por 25 y las importaciones por 18.
Eso significa que el comercio bilateral ha sido extraordinario en la última década, con una tasa promedio de expansión de casi 30 por ciento anual entre esos años.
"El fuerte dinamismo exhibido por el comercio con China ha implicado que ésta haya aumentado notoriamente su participación en el comercio exterior de la región, principalmente en desmedro de Estados Unidos", indicó la CEPAL.
La importancia de China como destino de las exportaciones latinoamericanas debe continuar en aumento durante el resto de la presente década, debido al bajo crecimiento previsto en la mayoría de los países industrializados, agregó el organismo.
Este comercio ha beneficiado a los países latinoamericanos y caribeños por la fuerte demanda china de materias primas, lo cual ha mejorado los precios.
Los envíos chinos también han amortiguado el impacto sobre las exportaciones regionales por las caídas en los mercados de Estados Unidos y Europa.
Las importaciones de manufacturas chinas han contribuido a controlar las presiones inflacionarias y dar más acceso a diversos bienes de consumo entre la población menos favorecidas económicamente, en tanto que las importaciones han ampliado la gama de proveedores para las empresas de la región, lo cual incrementa su competitividad.
La CEPAL aclaró sin embargo que no se deben ignorar las importantes carencias que subsisten en el comercio bilateral, el cual es deficitario para la mayoría de los países de América Latina y el Caribe porque es "exclusivamente interindustrial" y se basa en el intercambio de manufacturas por materias primas.
Este estudio subraya que "las autoridades chinas se han manifestado disponibles para dialogar sobre el gran desafío de diversificar las exportaciones de la región hacia ese mercado", con la posibilidad de que empresas chinas, como la automovilística o eletrónica, fortalezcan las cadenas de valor de la región.
Con ello, América Latina puede aumentar sus encadenamientos productivos y elevar el nivel de su comercio intraregional.
También se propone elevar la inversión de las empresas latinoamericanas en China y ofrecer más facilidades de visados a ciudadanos chinos, incluidos los turistas.
De igual forma sugiere que las naciones puedan disponer de organizaciones público-privadas que apoyen a los empresarios o personas interesadas en iniciar negocios con China y se menciona la posibilidad de crear el Centro de Facilitación del Comercio en Beijing.
Esta institución puede ayudar a divulgar información sobre los proyectos de América Latina, promover las alianzas comerciales y de inversión mutuas;facilitar el diálogo con las autoridades chinas e identificar barreras al comercio bilateral.
De acuerdo con la CEPAL, "este es el momento propicio para dar un salto de calidad en la relación con China", con la unión de esfuerzos de los países latinoamericanos para definir una agenda regional concertada de prioridades.
Agregó que el principal desafío que América Latina y el Caribe tiene ahora es interno, por lo cual debe vincular la agenda de innovación y competitividad con el renovado vínculo con China y con toda la región Asia Pacífico en general.
La CEPAL, como centro de estudios y de pensamiento, ha sido la institución que más se ha involucrado para fortalecer la relación sino-latinoamericana y caribeña, ejemplo de ello es el impulso y la asesoría que ha ofrecido a las siete conferencias empresariales efectuadas en ciudades chinas y de la región.