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| Amaga abstencionismo segunda vuelta presidencial de Chile |
Las dos candidatas a la presidencia de Chile admitieron hoy lunes el riesgo de una elevada abstención el próximo 15 de diciembre, cuando se definirá a la sucesora del presidente Sebastián Piñera.
La ex mandataria Michelle Bachelet, líder de la Nueva Mayoría (centro-izquierda) y triunfadora en la primera vuelta del pasado 17 de noviembre con 46,6 por ciento de los votos, y la ex ministra del Trabajo y abanderada del oficialismo, Evelyn Matthei, de la derechista Alianza por Chile, que obtuvo 25 por ciento, intensificaron sus campañas.
Esto sucede en particular en los municipios que registraron la mayor abstención electoral en la primera vuelta.
En la primera vuelta, en la que participaron otros siete candidatos, la abstención sumó 51 por ciento de votantes de un padrón electoral de 13,5 millones, con una participación de sólo 6,7 millones de sufragantes, la cifra más baja de todas las elecciones en el país desde el retorno a la democracia en 1990.
Algunos analistas coinciden en señalar el riesgo de una alta abstención el próximo 15 de diciembre, incluso mayor a la primera vuelta.
Entre los fenómenos que señalan para explicar el abstencionismo destacan la instrumentación del voto voluntario, que por primera vez se utilizó en unos comicios presidenciales, y el desinterés de los chilenos por la política, especialmente entre la juventud.
El gran riesgo para quien resulte electa es una escasa legitimidad electoral.
Bachelet aún encabeza la mayoría de las encuestas, y se da por hecho su elección para suceder al presidente Piñera en marzo de 2014.
El líder del Partido Socialista y coordinador de la Nueva Mayoría, Osvaldo Andrade, dijo que "quien gane la elección va a tener la legitimidad de haber sido electo por la gente que fue a votar y eso para mí es suficiente".
Andrade reiteró su cuestionamiento al voto voluntario, e indicó que el gobierno no hace lo suficiente para facilitar la participación ciudadana.
Bachelet ha reiterado su llamado a los votantes para que participen, porque "no da lo mismo". Dijo que "nos estamos refiriendo a mayor protección social, a más y mejor salud, a una política que esté al servicio de las personas. Por eso hay que ir a votar y además hay que llevar a los amigos, a los familiares".
El comando de apoyo a Matthei también ha expresado su preocupación sobre el peligro de una alta abstención, y se ha esforzado por captar votos que en la primera vuelta respaldaron otras candidaturas.
Según Felipe Kast, coordinador de la campaña presidencial oficialista, "si es que la mitad de los chilenos desconfía de la política, se quedó en su casa, tenemos que ir a buscarlos, tenemos que escucharlos".
Explicó que "hemos recogido una serie de medidas y propuestas de políticas públicas que estaban en la sensibilidad de los otros candidatos, porque estamos convencidos de que el 15 de diciembre vamos a poder celebrar con fuerza el triunfo de Matthei".
Bachelet ha dicho, sin embargo, que "estamos frente al fin de un ciclo económico y político; que hay dos visiones de país en pugna; que la igualdad es el eje rector de su proyecto, y que su propósito no es replicar su gobierno anterior, sino llevar a cabo reformas estructurales radicales".
Matthei, en cambio, ha reiterado que su proyecto de gobierno garantiza mantener el crecimiento económico del país y el aumento del empleo, insistiendo en que gobernará "respetando la Biblia" y dando seguimiento al gobierno de Piñera, de derecha.
El propio mandatario también ha pedido que "en la próxima elección podamos lograr una participación mucho mayor", justificando el sufragio voluntario, porque "mi gobierno reformó el voto voluntario para que los chilenos voten por convicción. Y una forma de expresar ese amor por Chile es participando en nuestras elecciones".
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