LISBOA, 28 sep (Xinhua) -- Este domingo los portugueses eligen a sus alcaldes en las primeras elecciones que se celebran en el país desde la llegada de la "Troika" en mayo de 2010, después de que el gobierno de Lisboa tuviera que solicitar la ayuda financiera internacional valorada en 78.000 millones de euros.
Además, en estos momentos se encuentran en Lisboa los representantes de las tres instituciones internacionales que prestaron el dinero, el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional, para realizar las octava y novena revisiones del programa de ayuda externa.
En las reuniones, el gobierno del primer ministro socialdemócrata, Pedro Passos Coelho, discute la necesidad de tener que recurrir a un segundo rescate cuando finalice el actual programa, en junio de 2014.
En medio de este panorama, los portugueses eligen a los representantes de sus municipios. En Lisboa, el actual alcalde, el socialista Antonio Costa, aparece en los sondeos reforzando la mayoría absoluta.
La sorpresa podría estar en Oporto, segunda ciudad de Portugal, donde encabeza las previsiones el independiente Rui Moreira, por delante de los candidatos apoyados por los dos grandes partidos portugueses y que podría convertirse en el próximo alcalde.
Esta campaña electoral ha sido diferente a las anteriores, con menos información en los medios de comunicación lusos, ya que la Comisión Nacional de Elecciones (CNE) exigió a la prensa, radio y televisión que tendrían que dar el mismo tiempo de antena a todos los candidatos de todos los municipios de los que informasen, para salvaguardar el principio de igualdad previsto en la nueva ley electoral.
Los directores de las televisiones argumentaron que era imposible hacerlo, por falta de medios técnicos, humanos y financieros, y también alegaron que debía existir libertad editorial.
Sin embargo, para no incurrir en multas, optaron por informar sólo cuando los líderes de los principales partidos apareciesen en las acciones de campaña, por lo que al final se produjo una nacionalización de las elecciones municipales, en la que tanto el jefe del Gobierno como el líder del principal partido de la oposición han aprovechado el momento para hacer campaña sobre cuestiones nacionales.
Desde el Partido Socialista, su secretario general, António José Seguro, ha pedido el voto de los portugueses para "castigar las políticas de austeridad del gobierno".
"El primer ministro tiene que parar de engañar a los portugueses", afirmó el socialista en una de las últimas apariciones durante la campaña. Se refería a las palabras de Pedro Passos Coelho, quien anunció que la economía lusa "empezaba a dar la vuelta a la crisis".
"Sólo alguien que no conoce el sufrimiento por el que atraviesan los portugueses podría decir una cosa de éstas", afirmó Seguro.
Por tanto, más allá de quién gane las elecciones en cada ciudad, el resultado de los comicios tendrá una extrapolación para el panorama nacional.
"Los portugueses esperan que estas elecciones sirvan para castigar al gobierno, pero probablemente en ese sentido serán una decepción", dijo a Xinhua el analista político Antonio Costa Pinto, que calcula que el Partido Socialista (PS) tendrá más votos, pero su victoria no servirá para "poner en peligro la ejecución del programa de ayuda externa".
Según Costa Pinto, estas elecciones son importantes para el líder socialista porque a nivel interno podrán servir para "garantizar su liderazgo dentro del partido".
Para el PS, una victoria en las elecciones será "conseguir un mayor número de votos", mientras que el objetivo de los socialdemócratas del primer ministro Pedro Passos Coelho es "conseguir un mayor número de municipios".
Pero independientemente del resultado, Costa Pinto considera que las elecciones del domingo "no pondrán en peligro la estabilidad del actual Ejecutivo de mayoría conservadora", que según él tiene por delante otros desafíos, como son "el recorte en las pensiones, la continuación de la disminución salarial en la función pública, así como los despidos de funcionarios".
Además, el hecho de que es la primera vez que los portugueses votan desde la llegada de la Troika convierte estas elecciones municipales en una especie de "elecciones intercaladas", antes de los próximos comicios legislativos, previstos para dentro de dos años si no se anticipan.
"Normalmente, el partido gobernante sale perjudicado de los comicios municipales, pero habrá que esperar a ver qué pasa en las grandes ciudades", dijo Costa Pinto, quien vaticinó que "el gobierno dirá que los resultados no tienen un gran efecto de protesta y los socialistas tampoco querrán dramatizar demasiado la situación".