LA PAZ, 27 ago (Xinhua) -- Sólo uno de los 32 muertos del viernes pasado en la cárcel de Palmasola, en Santa Cruz, tenía ya sentencia, lo que exhibió la alarmante lentitud de la justicia boliviana, dijo un alto funcionario de derechos humanos nacional.
El jefe nacional de Prevención de Conflictos de la Defensoría del Pueblo, Gregorio Lanza, manifestó que los datos a los que accedió esta oficina pública revelan el estado de retardación de justicia en las cárceles de todo Bolivia.
"Murió la gente más joven, personas que cometieron delitos menores. Había personas que sólo estaban tres días o tres meses. Es gente que había robado una garrafa, una cartera. Toda esa gente que ha muerto era gente nueva", indicó Lanza.
La madrugada del 23 de agosto hubo un enfrentamiento en el penal de Palmasola, entre reclusos de los sectores A y B, de la sección denominada Chonchocorito, con saldo de 32 muertos (31 presos y un menor) y al menos ocho heridos.
Según datos policiales, entre los 31 muertos había gente en prisión por robo y por robo agravado, cinco por denuncias de violación y abuso deshonesto, dos por asesinato y otros por narcotráfico o estafa.
"Había un número pequeño que posiblemente tenía una acusación más grave, pero que estaba en el grupo que mayoritariamente recién estaba ingresando", manifestó.
La principal causa de la muerte entre las 32 víctimas fue asfixia, por inhalar gas tóxico, informó el Ministerio Público.
El reporte, elaborado por siete médicos, dos peritos forenses y dos laboratoristas del Ministerio Público, precisa que 28 personas se asfixiaron, dos perecieron por traumatismo encefalocraneal y otros dos murieron por otras causas, en hospitales.
La asfixia, según los especialistas, fue producto del gas tóxico que se concentró en los ambientes del penal que fueron incendiados durante la disputa.
Otra hipótesis señala que varios presos murieron intoxicados incluso antes, debido a las emisiones de gas de las garrafas que fueron abiertas en el lugar, lo que impidió que reaccionaran para salvar sus vidas durante el posterior incendio.