El Ministerio Público del estado de Río Grande do Sul (sur de Brasil), que actúa como fiscalía, acusó hoy a cuatro bomberos de cometer irregularidades que propiciaron el incendio de la discoteca Kiss, de la ciudad de Santa María, en el que murieron 242 personas el pasado 27 de enero, informaron fuentes oficiales.
Los cuatro bomberos, el coronel Altair de Freitas Cunha, el teniente coronel Moisés da Silva Fuchs, el capitán Alex da Rocha Camillo y el mayor retirado Daniel da Silva Adriano, fueron acusados en la justicia civil por el delito de mala conducta administrativa.
Según la fiscalía, los cuatro acusados concedieron permisos de funcionamiento a la discoteca desde 2008 sin que cumpliera varias normas contra incendios.
Actualmente hay otro proceso abierto por la justicia militar sobre el incendio, que ha enjuiciado a ocho bomberos por supuestas omisiones de supervisión de la seguridad en la discoteca.
Los dos propietarios del club, Elissandro Spohr y Mauro Hoffman, y dos responsables de la banda Gurizada Fandangueira, que actuaba en el momento del siniestro, el cantante Marcelo de Jesús dos Santos y el productor musical Luciano Augusto Bonilha Leao, han sido acusados de homicidio en primer grado.
El incendio ocurrió por el uso de una bengala durante el concierto de Gurizada Fandangueira, que, en contacto con el aislamiento acústico del techo, generó un gas tóxico que causó la mayoría de las muertes, según el informe policial.
La Abogacía General de la Unión (AGU) sentenció hoy a los dueños de la discoteca a pagar una indemnización de 1,5 millones de reales (unos 660.000 dólares) a 17 empleados heridos o fallecidos en el incendio. La AGU consideró que la empresa y sus dueños son culpables de "negligencia" en el cumplimiento de las normas de protección y salud de los trabajadores.
La Procuraduría General Federal, organismo que depende de la AGU, estudia presentar otra demanda para indemnizar al resto de las víctimas del incendio, en su mayoría estudiantes universitarios que participaban en una fiesta.