Uruguay aprobó la víspera una ley de matrimonio homosexual con una amplia mayoría parlamentaria y sin una oposición política y social férrea, algo impensado hace pocos años.
El proyecto logró el miércoles por la noche 71 votos de un total de 92 en la Cámara de Diputados, con apoyo en los cuatro partidos representados, y había cosechado 23 votos de un total de 31 en el Senado a principios de abril.
"Es un cambio sustantivo entendido como una extensión de la libertad y la igualdad a la hora de constituir la convivencia bajo el contrato legal del matrimonio", explicó hoy José Bayardi, diputado informante del gobernante Frente Amplio (FA, izquierda).
El FA impulsó la iniciativa que recogió apoyos en los opositores partidos Colorado (PC), Nacional (PN) e Independiente (PI), infrecuentes en otras áreas.
Así, el país sudamericano ubicado a un costado del Río de la Plata se convirtió en el segundo en América Latina, después de Argentina, en permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y el decimosegundo en el mundo. En 2010, también la Ciudad de México aprobó una reforma civil que avala las bodas entre homosexuales.
EL TEXTO
La ley uruguaya, que deberá ser promulgada por el Poder Ejecutivo en un plazo de 10 días, establece que "el matrimonio civil es la unión permanente, con arreglo ante la ley, de dos personas de distinto o igual sexo".
De esa manera, se elimina toda referencia a "marido y mujer" en el Código Civil y se habla de "contrayentes" y "cónyuges".
La causal de separación por adulterio se consideró cuando "se hubiera mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio con personas del mismo o diferente sexo".
Además, las parejas homosexuales también podrán adoptar hijos.
Como parte de los cambios, la ley eleva a 16 años la edad mínima para contraer matrimonio, siendo que hasta el momento era de 12 para las mujeres y 14 en los hombres.
La norma es parte de un proceso iniciado antes de la asunción del presidente José Mujica (izquierda) en marzo de 2010.
A partir de 2008 Uruguay legalizó la unión civil de los homosexuales y aceptó la adopción por parte de parejas del mismo sexo.
Michelle Suárez, una activista del colectivo homosexual Ovejas Negras y una de las redactoras del proyecto, dijo que el objetivo fue "incluir a los hasta ahora excluidos".
"Cualquier Estado de derecho que se base en la igualdad y el respeto al pluralismo parte de la idea de que justamente somos heterogéneos y que esa heterogeneidad debe ser celebrada", fundamentó.
EL DEBATE
La sesión del miércoles se extendió por casi cinco horas en las que se escucharon argumentos repetidos y una minoría de voces discordantes.
Los diputados habían votado en diciembre el proyecto pero el Senado lo aprobó con pequeños cambios días atrás y debió ser ratificado nuevamente en la Cámara baja.
Para la diputada del FA, Bertha Sanseverino, el apoyo de miembros de todos los partidos le da al proyecto una "legitimidad extraordinariamente fuerte".
Fernando Amado, legislador del opositor PC, dijo que votó convencido de que la sociedad salda así "una deuda histórica con un grupo de ciudadanos que no tienen los mismos derechos".
Desde el PN se contaron la mayor parte de fundamentaciones negativas.
El legislador Gerardo Amarilla aseveró que el matrimonio solo puede entenderse como "la unión legalmente protegida de un hombre y una mujer para la procreación y la protección de los hijos".
La Iglesia católica fue la principal voz contraria a la iniciativa.
Para el arzbobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, con el matrimonio homosexual "un bien fundamental de la persona humana, en este caso de la familia, queda oscurecido".
Con la aprobación por aplastante mayoría, los activistas de Ovejas Negras y otros grupos festejaron ruidosamente en las barras de Diputados al grito de "Igualdad, Igualdad".
Una encuesta de la consultora Cifra reveló que el 54 por ciento de los uruguayos respalda el matrimonio entre personas del mismo sexo y solo un 33 por ciento está en contra.
Entre las mujeres recoge más apoyos (58 por ciento) que en los hombres (51 por ciento) y tiene el mayor respaldo (70 por ciento) en el grupo etáreo de entre 18 y 44 años.
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