Por su parte el arqueólogo Yuri Leopoldo de la Rosa Gutiérrez, del Centro INAH-Coahuila, dijo que se trata del primer perro momia de interés arqueológico, pues el clima seco del desierto hizo que se momificara de manera natural. Los especialistas llevarán a cabo radiografías y otros análisis para determinar la edad exacta del animal.
El descubrimiento del animal tuvo lugar en el año 1953, junto al hallazgo de otros 200 restos humanos y 4.000 piezas arqueológicas, pero sólo actualmente comenzaron los estudios pertinentes.