El arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Isaac Aquino Toledo, cree que se trata de un perro domesticado que ayudaba en la caza. Alejandro Bautista Valdespino, subdirector de Registro de Bienes Arqueológicos Muebres del INAH, dijo: “Dicho hallazgo genera expectativa sobre el conocimiento de la arqueología del norte de México, pues por un lado refuerza la idea de la colocación de perros como acompañantes dentro de las tradiciones funerarias de los nómadas de esa región, y por el otro, la posibilidad de domesticación de este animal”.