LA HABANA, 24 jul (Xinhua) -- La selección cubana de béisbol regresa de Estados Unidos con las manos vacías, tras perder en los cinco partidos del tope amistoso sostenido con el equipo nacional universitario del país norteño.
Contrario a los pronósticos, que daban una serie más pareja en el resultado final, los estadounidenses lograron barrer a los caribeños al cerrar anoche el match con victoria de 5-3 en el estadio "Bulls Athletic" de la ciudad de Durham, Carolina del Norte, con excelente trabajo monticular del abridor zurdo Carlos Rodón.
En seis entradas y dos tercios, Rodón se enfrentó a 22 cubanos, a la mitad los ponchó, no dio boleto, le pegaron solo dos hits, nadie le pisó segunda y solo tres le sacaron la bola del cuadro.
Así se concretó el quinto y último triunfo del conjunto de las barras y las estrellas, todos con marcadores cerrados (2-1, 3-2, 1-0, 3-2 y 5-3) y tres de ellos definidos por la Regla Schiller, sistema de desempate en extrainnigs, sin que los cubanos pudieran fabricar carreras.
Tanto expertos como aficionados y medios locales consideran que la superioridad de los jóvenes peloteros anfitriones sobre la escuadra cubana se apoyó básicamente en la calidad de los lanzadores, que mostraron una velocidad de espanto y control certero de todo su repertorio.
Los pitchers norteamericanos, la mayoría de ellos con lanzamientos por encima de las 95 millas por hora, resultaron un yugo para los bateadores cubanos.
A esto se suma que, de conjunto, el seleccionado estadounidense, conformado por jugadores menores de 20 años, demostró ser un grupo muy bien armado en todas las líneas de juego, que supo sacarle provecho a todo.
Por el contrario, la escuadra cubana evidenció deficiencias como la pésima actuación en la receptoría, que posibilitó a los rivales robar 15 bases en 16 intentos.
El sistema ofensivo también dejó lagunas, sobre todo en el bateo oportuno con hombres en circulación y el mal corrido de las bases, así como la defensa, con ocho marfiladas, y el pitcheo, que regaló boletos a destajo.
A pesar del inesperado resultado, el director del equipo Cuba, Víctor Mesa, opinó que el tope fue "muy positivo".
"Este plantel tuvo varias dificultades, además de la pobre ofensiva también hay cuestiones relacionadas con el pitcheo y sobre todo la receptoría, sobre las cuales hay que trabajar para resolverlas", indicó.
Mesa señaló que "es muy bueno que en el inicio de la preparación para el Clásico Mundial pasen estas cosas, hay tiempo todavía".
La IV edición del máximo evento de béisbol en el orbe se efectuará en 2017.
Con esta barrida --segunda en la historia de estos topes--, los estadounidenses alcanzaron su tercera victoria en estas series amistosas frente a Cuba, fundadas en 1987, interrumpidas en 1996 y reanudadas en 2012.
Los caribeños lograron imponerse el año pasado en tres de los cinco choques, con sede en La Habana.
Las estadísticas generales reflejan que los caribeños dominaron también los topes en 1987, con tres victorias y dos reveses, 1988 (4-3), 1989 (6-0), 1992 (5-2), 1993 (4-3), 1994 (2-0) y 1996 (3-2), mientras que los norteños lo hicieron en 1995 (4-0) y 1990 (2-1), en tanto en 1991 quedaron empatados (3-3).