El joven vallista cubano Yordan O'Farrill es considerado hoy como la nueva joya del atletismo cubano luego de los excelentes resultados que obtuvo el pasado año en el XIV Mundial Juvenil que tuvo por escenario al estadio olímpico barcelonés de Montjuic.
O'Farrill logró un impresionante registro de 13.18 segundos, tiempo que clasifica como el tercero mejor en la historia de las carreras de 110 metros con vallas para menores de 20 años.
Su tiempo pudo haber sido incluso mejor de no haber tenido el viento en contra de un metro por segundo y de haber evitado la pérdida de preciosas fracciones de segundo al haber celebrado antes de cruzar la meta.
El vicepresidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación de Cuba, el doble campeón olímpico Alberto Juantorena, calificó como un atrevido al nuevo portento de las vallas, en el sentido de tener seguridad y decisión para convertirse en campeón.
El joven corredor no integró la delegación olímpica cubana a Londres-2012 porque los juveniles corren sobre vallas a 0,991 metros de altura, mientras los mayores lo hacen sobre otras de 1,067 metros.
Hace dos semanas, en la Copa Cuba, O'Farrill tuvo su primera carrera oficial de 110 metros con vallas de 1.067 metros, pero no le fue bien y apenas marcó 13,90 segundos, que le merecieron el tercer escaño. No obstante, confesó haber salido tarde, ante el temor a ser descalificado por arrancada en falso, tal y como le sucedió a su coequipero Orlando Ortega. Ortega y O'Farrill, en sus roles de principales exponentes de la modalidad, están llamados a refrendar la tradición de la escuela cubana de vallas en el presente ciclo olímpico, aunque antes deberán acceder al Campeonato Mundial, en Moscú, entre el 10 y el 18 de agosto.
Los técnicos cubanos consideran que O'Farrill debe continuar mejorando su reacción en la arrancada, además de incrementar su peso corporal en función de aumentar la potencia física.
"Hasta ahora no me ha afectado, como de todo y no subo, sé que debo y necesito incrementar el volumen muscular", admitió el corredor de 1,83 metros de estatura y 73 kilogramos de peso.
Constante estudioso de la técnica, el antillano sacó provechosas experiencias de una reciente gira invernal europea, donde participó en cinco carreras, fue descalificado en su debut, y luego se coló en dos finales A y otras tantas B, con 7.65 y 7.68 segundos como mejores cronos.
El primero de esos tiempos lo situó en el escaño 23 de las clasificaciones en los 60 metros con vallas, encabezado por el ruso Sergey Shubenkov (7.49) y en el cual Ortega (7.54) se ubicó séptimo, aunque O'Farrill no pierde las esperanzas.
"Aún no he realizado los 13,40 exigidos como marca para asistir al Mundial, pero antes de agosto los realizaré. Hay que ir paso por paso, aunque sería un sueño debutar como finalista", ahondó el vallista.
Todos los competidores cubanos en vallas de excelencia han transitado por los Mundiales Juveniles, excepto Alejandro Casañas, cuyo tope mundial de 13,55 segundos en 1972, con 18 años y cinco meses, bien pudo coronarlo, pero esas competencias se iniciaron en 1986.
Monarcas mundiales fueron Reynaldo Quintero (13,71) en Sudbury-1988; Yoel Hernández (13,83) en Sydney-1996 y Yuniel Hernández (13,60) en Santiago de Chile-2000. Llama la atención que ni Anier García, ni Dayron Robles, consiguieron encumbrarse a ese nivel, pues el primero quedó quinto (14,05) en Lisboa-1994, y el otro terminó segundo (13,77) en Grosseto- 2004, siendo ambos más tarde los más insignes por sus soberbios cronos y respectivos títulos olímpicos.
Sin embargo, la explicación está en la edad, que no siempre se corresponde en su momento óptimo con la fecha de los campeonatos pues García tenía al competir en este escenario con sólo 18 años y cuatro meses, mientras Robles apenas tenía 17 años con siete meses. El desafío que tiene O'Farrill es que en las próximas temporadas lidiará entre los mayores, luchando por bajar sus tiempos, cumplir metas mínimas exigidas y pugnar para ganarse boletos a competiciones mundiales u olímpicas y por ser nuevamente el mejor de la especialidad.