(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Fajua Singh, el corredor de maratón más longevo del mundo, con 101 años de edad, completó en la tarde de este domingo su última carrera al hacer 10 kilómetros en un tiempo de 1 hora, 32 minutos y 28 segundos en un circuito urbano de Hong Kong.
El anciano, de nacionalidad india, llevaba un turbante color azafrán y lucía una larga barba blanca y cubrió la ruta del borde norte de la isla de Hong Kong, acompañado por un grupo de integrantes de la comunidad Sij local y por alrededor de 72.000 corredores más que tomaron la partida.
Singh, conocido como el Torpedo con Turbante, declaró antes de la arrancada que podría colgar sus zapatillas después de correr en esta metrópoli del sureste de China, poco antes de cumplir 102 años.
“Recordaré este día. Lo voy a extrañar”, aseguró el veterano corredor después de cruzar la línea de meta.
El gran abuelo ostenta el honor de ser el hombre más anciano que ha corrido completamente la maratón de Toronto, en 2011, a la edad de 100 años. Pero su proeza no ha sido reconocida aún por el Libro Guinness de los récords porque él no tiene un certificado de nacimiento que pruebe su edad.
No obstante, Singh tiene un pasaporte británico en el que consta que nació el 1 de abril de 1911, mientras una carta de funcionarios del Gobierno de la India señala que no se conservan los registros de nacimiento de 1911.
“Siento una mezcla de felicidad y tristeza. Me siento feliz porque me estoy retirando en la mejor parte del juego, pero triste porque ha llegado para mí el momento de no ser parte de esto”, reconoció Singh en una entrevista antes de la carrera. “Y siempre habrá momentos en el futuro en los que pensaré, ‘Bueno, yo solía hacer esto”.
Singh comenzó a correr a los 89 años, como una forma de superar la depresión que afrontó después que su esposa e hijo murieran seguidamente.
Particularmente fuerte para él fue la muerte de su hijo, en 1994, debido a la forma espeluznante en la que se produjo. Padre e hijo, ambos agricultores, estaban recorriendo sus campos en medio de una tormenta cuando un objeto de metal ondulado lanzado por el viento lo decapitó delante de sus ojos.
Como sus otros cinco hijos habían emigrado, Singh se quedó completamente solo. “Pensó que su vida no valía la pena sin su hijo” después del traumático accidente, comentó su entrenador Harmander Singh.
Se fue a vivir con su hijo más joven a Londres, donde el entusiasmo por los deportes lo llevó a los torneos organizados por la comunidad Sij y a tomar parte en las carreras. Algunos corredores le animaron entonces a sumarse a las pruebas de largas distancias.
Un día Singh vio un maratón en televisión por primera vez y decidió que aquello era lo que él quería hacer. En el año 2000 corrió por primera vez la maratón de Londres y luego intervino en ocho pruebas más, registrando su mejor tiempo en la maratón de Toronto, en 2003, en la que paró los relojes en 5 horas y 40 minutos.
“Después de una tragedia han venido muchos éxitos y felicidad”, dijo Singh antes de la carrera de este domingo y explicó cómo correr ha cambiado su vida, permitiéndole a un campesino analfabeto recorrer el mundo.
Una vez que me retire de la competición, añadió, espero que “la gente me recuerde y no me olvide”.
También quiere que lo sigan invitando a los eventos “y no se olviden de mí por completo porque ya no corro más”.