El Tribunal Popular Intermedio de la ciudad de Jinhua, en el este de China, falló hoy viernes a favor de Wu Ying, una magnate encarcelada por fraude, en dos casos civiles distintos relacionados con unas disputas inmobiliarias que habían permanecido sin resolver durante seis años, según publicó la instancia judicial en un comunicado.
El tribunal dijo que, después de dos días de juicio, la corte desechó las demandas de Bi Jian, que según el juzgado representaba "sin autorización" al Grupo Bense, con sede en la provincia oriental china de Zhejiang, en dos querellas relacionadas con reclamaciones inmobiliarias.
La victoria en estos dos casos ayudará a la empresaria encarcelada Wu Ying, de 31 años y propietaria del Grupo Bense, a recuperar las pérdidas en las que incurrió después de que Bi "malvendiese" sus lujosas propiedades en 2006, según los analistas.
La resolución no afectará la sentencia de pena de muerte con suspensión de la ejecución por dos años que dictó a Wu tras haber cometido fraude financiero, un delito criminal, añadieron los analistas. Wu todavía posee cientos de millones de yuanes que defraudó a los inversores.
Antes del juicio, el padre de Wu, Wu Yongzheng, dijo que "ella quiere ganar los dos casos para pagar sus deudas".
En 2006, con la imposición de dos querellas, Bi obtuvo un acuerdo judicial para vender las propiedades que poseía Bense a dos individuos, Hu Ziren y Liu Xianfu. En 2008, el acuerdo fue revocado, pero ambas partes apelaron.
El miércoles, el caso se volvió a juzgar en la Prisión de Mujeres de Zhejiang, donde Wu cumple su condena.
Según un comunicado del juzgado, el juicio contó con la presencia de Wu y de su abogado, así como de los letrados de Hu y Liu.
"Tanto Wu como la compañía negaron cualquier conocimiento de la carta de autorización que permitía a Bi representar a la compañía", aseguró el documento. "Wu dijo que no conocía a Bi y que el listado de nóminas de Bense indica que Bi no se encontraba en ella".
Wu cumple condena por timar a una serie de inversores 380 millones de yuanes (60,2 millones de dólares) entre mayo de 2005 y enero de 2007 en una estafa de préstamos personales.
Wu recaudó 700 millones de yuanes gracias a que se inventó información, ocultó la verdad y prometió unos altos retornos como incentivo, como encontró después el tribunal.
Inicialmente, Wu fue sentenciada a muerte en 2009, pero como su caso fue la chispa de un encendido debate sobre el sistema nacional de recaudación de fondos, fue juzgada de nuevo y en mayo de este año logró que su sentencia fuera reducida a pena de muerte con suspensión de la ejecución de sentencia por dos años.
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