La tensión arterial es un factor de riesgo - Archivo
Madrid, 29/10/2018 (El Pueblo en Línea) - La mortalidad cardiovascular en España varía entre las distintas comunidades autónomas en función de su nivel socioeconómico. Según un estudio realizado por el Hospital Universitario La Paz y la Universidad Autónoma de Madrid, y presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2018, muestra que no solo que el grupo de comunidades autónomas con menor Producto Interior Bruto (PIB) tiene mayor mortalidad cardiovascular, sino además que la mortalidad por esta causa desciende más lentamente que en el resto de CCAA, según ABC.
Es decir, en las CCAA con menor nivel económico -aquellas cuyo PIB era menor al 90% del promedio nacional- Andalucía, Asturias, Castilla La Mancha, Extremadura, Galicia y Murcia no solo tienen las tasas de mortalidad cardiovascular mayores de España, sino que además es donde esta cifra desciende de una forma más despacio.
Por ejemplo, la tasa de mortalidad cardiovascular por 100.000 habitantes en Asturias en 2002, año en que se inició el estudio, era de 147, y de 133 en 2015, mientras que en Madrid se ha pasado de una cifra de 70 a 52.
Para el primer firmante del estudio, Jaime Fernández de Bobadilla, el estudio sugiere la conveniencia de fomentar la solidaridad y coordinación interterritorial en la asistencia sanitaria, en la medida en que las estrategias de prevención y tratamiento influyen sobre la mortalidad por enfermedad cardiovascular.
Existen muchos factores que hacen que las regiones con rentas inferiores se vean más amenazadas por la enfermedad cardiovascular. Es bien conocida la asociación entre la mala calidad de la dieta y la falta de recursos a causa no solo del mayor precio de los alimentos frescos y de calidad, «sino también por una cuestión educacional y cultural», aclara Fernández de Bobadilla, quien destaca el consumo de tabaco como «uno de los motivos más importantes para el desarrollo de la enfermedad cardiovascular». Y es que según la última Encuesta de presupuestos familiares del Instituto Nacional de Estadística, los hogares con menos renta dedican un mayor presupuesto a bebidas alcohólicas y tabaco (2,4%) que las familias más acomodadas (1,4%).