Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 8 jul (Xinhua) -- El gobierno cubano, que impulsa un ambicioso proceso de crecimiento de la industria turística, trata de garantizar el desarrollo sostenible de ese sector, en especial en los paradisíacos cayos del archipiélago de Jardines del Rey.
En los cayos Santa María, Las Brujas y Ensenachos, en el norte de la central provincia de Villa Clara, unos 400 kilómetros al este de La Habana, se erige una planta desalinizadora con cuatro módulos que purifican agua a través del sistema de ósmosis inversa que, a máxima capacidad, aportará 50 litros por segundo.
"A esa planta, se sumará el año venidero otra con igual capacidad, lo que permitirá purificar 100 litros de agua por segundo, adicionales a los 140 litros por segundo bombeados desde tierra firme y que darán seguridad total al abasto en la zona", dijo el vicepresidente del estatal Grupo Gaviota, Frank Oltusky.
En esos cayos hay varios complejos hoteleros que aprovechan un escenario natural de privilegio con bellas playas de aguas cálidas y transparentes.
En 2017, en ese destino turístico se construyeron 4.890 habitaciones, con lo que suman 10.572 repartidas en 17 hoteles.
Durante la reciente Feria Internacional del Turismo (FITCuba), que tuvo por escenario a cayo Santa María, Oltusky explicó a Xinhua la apuesta cubana por ese archipiélago donde casi todos los hoteles funcionan bajo la modalidad "All inclusive" (Todo incluido).
Los tres pequeños cayos están unidos por una vía artificial, que se inició en 1989 lanzando gruesas piedras al mar, para enlazarse con la isla grande a través de una carretera de 48 kilómetros y más de 40 puentes.
La defensa del medio ambiente fue una prioridad en el proyecto vial que obtuvo en 2000 el Premio Internacional Puente de Alcántara, destinado a reconocer y galardonar, en el ámbito regional, a la obra pública con mayor importancia cultural, tecnológica, estética, funcional y social.
De acuerdo con Oltusky, la capacidad de generar un tercio más de la energía eléctrica necesaria "es una garantía para el funcionamiento de los hoteles", a lo que se suma el hecho de que todas las redes sean subterráneas, lo que ofrece una alta confiabilidad en el sistema de distribución.
En los cayos funcionan cinco plantas de tratamiento de los residuales que se generan en la explotación hotelera, y que ascienden a entre 20.000 y 30.000 metros cúbicos mensuales de agua de desecho, que después de tratada se emplea en la jardinería.
El área pertenece a la Reserva Mundial de la Biósfera de la Bahía de Buena Vista, por lo que se ha hecho un esfuerzo en nuevas inversiones para el procesamiento y reciclaje de todo tipo de desechos, aunque Oltusky no detalló las medidas que se han tomado hasta ahora.
Está previsto que entre este año y el siguiente se inauguren los hoteles Paradisus Los Cayos, que tendrá 802 habitaciones con categoría cinco estrellas, y Angsana Cayo Santa María, con 252 capacidades.
En las proyecciones del Ministerio del Turismo (Mintur) de la isla para 2020 se alcanzará el potencial de capacidad hotelera, toda vez que se terminará la edificación de los hoteles La Salina Noreste y La Salina Suroeste, el primero con 633 habitaciones y el segundo con 621.
El Plan de desarrollo del Mintur hasta 2030 abarca 610 proyectos que, de acuerdo con el ministro Manuel Marrero, "se sustentan en los territorios de preferente uso turístico como Zonas Económicas Especiales".
Ese programa incluye "332 proyectos de alojamiento, de recreación 51, inmobiliarias asociadas el turismo 30, de turismo de Naturaleza 50, 55 de campismo, 22 de náutica recreativa y 70 de actividades de apoyo".
Desde hace tres décadas, Cuba mantiene un desarrollo ascendente en la industria turística, en especial en el llamado turismo de sol y playa, que aprovecha las bondades del clima caribeño.
El año pasado Cuba recibió un récord de 4,7 millones de vacacionistas.