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ENTREVISTA: Entrenadora peruana de fútbol de 92 años: voy a morir en la cancha no en mi casa

Por Carlos Acat

LIMA, 20 mar (Xinhua) -- A sus 92 años, María Ramos no sólo es la entrenadora peruana de fútbol de mayor edad, sino que hace su labor en forma gratuita y contribuye a que niños y adolescentes asuman esta disciplina sin descuidar sus estudios escolares.

Cada semana, desde hace varios años, sale de su humilde hogar en el distrito de Los Olivos, en la zona norte de la capital peruana, para dirigirse a un centro deportivo, donde la esperan decenas de aspirantes a futbolistas.

Ramos, quien prefiere no hablar de su pasado sentimental y vive sola, se inició como entrenadora al inspirarse en las prácticas y partidos del "Rey del Fútbol", Edson Arantes do Nascimento "Pelé", a quien observaba por televisión en los años 60 del siglo pasado.

La nonagenaria recuerda que pagaba una moneda para sentarse frente a la pantalla chica, en blanco y negro, en casa de una vecina, y desde entonces el fútbol es su pasión.

"La afición la aprendí sin leer ni escribir (...) han pasado más de 45 años, voy a cumplir 50 años ahora (de entrenar) y sigo en el deporte a mis 92 años, casi 93 y voy a morir en la cancha no en mi casa", dijo esta autodidacta a Xinhua, siempre risueña pero inflexible en el momento de hacer sentir su voz a los muchachos.

Vestida con un "jersey" deportivo, un gorro para cubrirse de los rayos solares y el inseparable silbato, con su escaso metro y medio de estatura, da instrucciones, desde cómo hacer tareas de precalentamiento hasta las tácticas de juego, al pasar por rutinas gimnásticas, saltos, dominio del balón con piernas y la cabeza y técnicas para patear.

Doña María también es patrocinadora, presidenta, delegada, kinesióloga y hasta lavandera del equipo "América Sporting Club de Lima", por el cual han pasado más de 1.000 adolescentes.

El club participa en competencias amateur distritales, en los cuales ha ganado trofeos y distinciones por campeonatos obtenidos en primera, segunda y tercera división.

Sus seguidores la llaman "La Vieja" o "La Tía", y ella ni se inmuta, pues sabe que no son expresiones peyorativas, sino muestras de cariño y afecto.

"Les recomiendo (a los jugadores) que estudien, que ésa es la base de esto, y si tienen suerte en el deporte porque eso hay que incluirlo ahí", reiteró, al señalar que hace un seguimiento de cada uno de los chicos para saber cómo es su comportamiento en el hogar, en el colegio y en el vecindario.

Los padres de familia viven encantados con ella, sin entrometerse en sus directivas, sin oponer objeciones al trabajo que ejecuta, incluso cuando llama la atención a sus pupilos con "lisuras" (vulgaridades), o los obliga a cumplir exigentes ejercicios físicos.

Los padres saben que María Ramos inculca amor, conocimiento de la vida y, sobre todo, disciplina.

Tampoco faltan almas caritativas que le proporcionan víveres, medicinas y ropa, pues ella no cobra ni un centavo y sólo administra recursos que obtuvo por la venta de su casa.

"Ella tiene más de 40 años trabajando con una buena disciplina, trabajo, y eso fue lo que más nos ha inculcado", dijo Giomar Antonio, de 42 años, quien se formó con "La Vieja" desde niño y se mantuvo bajo su dirección durante tres lustros.