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Voluntarios logran que su barrio sea elegido "uno de los más bellos" de China

Actualizado a las 11/08/2017 - 08:40
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XIAMEN, 10 ago (Xinhua) -- Zheng Jinxing y un grupo de amigos realizan patrullajes nocturnos por las calles de Jin'an, un barrio de la ciudad costera de Xiamen, en la provincia suroriental china de Fujian.

La medida fue adoptada en 2013, cuando la comunidad estaba sufriendo continuos robos a sus residencias.

"Los ladrones son muy hábiles, pueden abrir una cerradura con una tarjeta de banco. Además, algunas de las cerraduras no son lo suficientemente seguras, por eso animamos a los propietarios a cambiarlas", comenta el hombre, ya de 54 años.

Zheng y su equipo de vigilantes están plenamente comprometidos, no descansan una sola noche.

Entre las 20:00 y las 22:00, sin importar si la ciudad está siendo azotada por uno de los tradicionales tifones o si es época de celebración, por ejemplo la llegada del Año Nuevo, ellos cumplen con lo que consideran un deber con sus vecinos, la mayoría de los cuales son familias de bajos y medianos ingresos.

"Si alguien ha dejado encendidas las luces de su coche o las puertas sin asegurar, le avisamos. Cuando encontramos carteras, teléfonos celulares o documentos perdidos, los entregamos a la policía", explica.

Pero Zheng no es solo guarda de seguridad. También es aseador. Su jornada comienza a las 3:00 de la madrugada. Y, por si fuera poco, al terminar las labores de limpieza, se dedica a guiar el tráfico. Después de cenar, asume nuevamente su rol de vigilante.

Paradójicamente, en 2009, cuando se mudó al barrio, se ganó rápidamente la reputación de "buscapleitos".

"Acostumbraba a emborracharme y me iba a los puños con cualquiera, casi que odiaba a todo el barrio", recuerda con vergüenza. "El administrador del barrio me recomendó cambiar mi comportamiento. Me tomó tiempo, pero finalmente lo logré".

Hoy en día, él es considerado como un voluntario estrella en el distrito, donde su labor es compartida por otras 2.562 personas.

Con un área de 310.000 metros cuadrados, Jin'an es el conjunto residencial más grande de Xiamen construido por el gobierno para familias de escasos recursos. Su sistema de voluntariado integral le mereció el año pasado un premio como "uno de los barrios más bellos de China".

En las mañanas, un grupo de abuelas con distintivas chaquetas de color rojo recoge la basura y educa a los residentes sobre los beneficios de clasificar los desechos.

A lo largo del día, coros y clubes de baloncesto y taichí, todos organizados por los voluntarios, llenan el ambiente de música, entusiasmo y alegría.

Los habitantes del conjunto gozan de acceso gratuito a casi todos los servicios que necesitan, desde el mantenimiento de las redes de agua potable y electricidad y asesoría sicológica y legal, hasta tratamiento médico, e incluso servicios de traducción. De todo se encargan los voluntarios.

El sistema está tan bien organizado, que en caso de requerir un servicio no cubierto previamente, pueden solicitarlo a través de Internet o dejando un mensaje en un buzón de sugerencias. Si la solicitud es razonable, el comité del barrio ajustará la agenda de los voluntarios y seleccionará a la persona mejor capacitada o buscará a un profesional en la materia para hacerse cargo del asunto.

Para atender las necesidades de los más de 2.000 ancianos del barrio que viven solos o tienen problemas de movilidad, los voluntarios establecieron un equipo llamado "Atardecer rojo", conformado por personas de edad madura. Con regularidad, los integrantes del equipo visitan a los abuelos para hablar con ellos y enterarse de sus necesidades, les leen los periódicos y les ayudan a limpiar sus casas y a hacer las compras de víveres y artículos de primera necesidad.

Chen Liming, jefe del comité del conjunto residencial, dice que todas las salas de reuniones son alquiladas de forma gratuita para cualquier actividad que los vecinos deseen llevar a cabo.

"Entre semana, la mayoría de nuestros voluntarios son gente madura y ancianos, mientras que los jóvenes están más disponibles en las noches y los fines de semana", explica, y agrega: "Tenemos voluntarios en todos los edificios, y ellos, de forma regular, recogen las solicitudes y sugerencias de los residentes, sobre las cuales evaluamos la calidad de nuestros servicios, y, si es necesario, hacemos ajustes".

Asuntos comunes en todos los barrios, como disputas por espacios de estacionamiento o por exceso de ruido, son solucionadas rápida y amistosamente con la intercesión de los voluntarios.

Wu Xiudan, de 63 años, es una jueza retirada. A ella le gusta bailar con sus amigos en las noches en alguno de los espacios públicos del conjunto, pero sabe que a la gente joven le molesta el tipo de música que ellos utilizan y el volumen elevado al que la escuchan.

"Antes era común que los jovencitos llamaran a la policía para quejarse de que nuestra música les molestaba. Pero si bajábamos el volumen, la gente que estaba en la parte de atrás del grupo no podía escucharla, entonces el problema era para nosotros", recuerda.

Con su experiencia en la solución de disputas, Wu se ofreció como voluntaria entre los diferentes grupos.

"El comité comunitario decidió instalar un sistema de sonido envolvente para que la música sonara solo en dirección hacia el grupo de bailarines, y el problema quedó solucionado", explica.

Posteriormente, la abuela estableció un servicio gratuito de consulta legal, para ayudar a toda la comunidad a superar las desavenencias.

Para Wu, Jin'an es un barrio modelo, en el que todos contribuyen y todos se benefician.

"Todos somos voluntarios y a la vez beneficiarios, vivimos en una vecindad armoniosa", dice con satisfacción.  

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