BEIJING, 31 mar (Xinhua) -- El presidente chino, Xi Jinping, visitará la sede de la Unión Europea (UE) y conversará con líderes del bloque este lunes.
La visita, la primera de un jefe de Estado de China a la sede de la UE, representa una excelente oportunidad para continuar vigorizando la cooperación entre China y la UE y abrir un nuevo y más próspero capítulo para las relaciones bilaterales.
Las perspectivas de la diplomacia son especialmente prometedoras en un momento en que el gigante asiático y el bloque europeo están consolidando y enriqueciendo su interacción en línea con la Agenda Estratégica de Cooperación China-UE 2020.
La UE es el mayor socio comercial de China, mientras que China es el segundo de la UE. En 2013, el comercio bilateral alcanzó los 559.000 millones de dólares estadounidenses.
Ambas partes también se están acercando a un acuerdo comercial esperado desde hace largo tiempo que ayudará a facilitar y estimular las actividades comerciales entre ambas partes y fortalecerá de manera integral los lazos comerciales entre China y la UE.
No obstante, a pesar del progreso logrado en las relaciones bilaterales, todavía existen varias cuestiones sin resolver entre las dos partes.
Durante años, la UE se ha negado a reconocer el pleno estatus de economía de mercado de China. También mantiene un embargo de armas sobre Beijing.
Con el fin de establecer una base más sólida para la cooperación económica, la retirada de barreras comerciales y el freno del resurgimiento del proteccionismo comercial siguen siendo imperativos para China y la UE.
Tan sólo unos días antes del viaje de Xi a Europa, ambas partes alcanzaron un acuerdo para poner fin a una disputa sobre las exportaciones de vino europeas a China. También resolvieron sus diferencias sobre el polisilicio, un material empleado en la fabricación de paneles solares.
China y la UE, dos pesos pesados en la comunidad internacional, tienen la capacidad de solucionar otras cuestiones pendientes siempre y cuando profundicen la confianza y el entendimiento mutuo.
Beijing está ahora profundizando las reformas y esforzándose por construir una sociedad modestamente acomodada, mientras que la EU está recuperándose de la crisis de la deuda soberana y avanzando hacia la integración. La cooperación es una vía eficiente para que ambas partes alcancen sus objetivos.
Una vez se hayan superado esos obstáculos, las dos partes tendrán mucho más que ofrecer la una a la otra, así como al resto del mundo. De lo contrario, las dos partes perderán oportunidades históricas para construir unos lazos complementarios más fuertes.
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