BEIJING, 20 feb (Xinhua) -- Analistas extranjeros consideran que este año puede ser un momento decisivo para China cuando los líderes del país continúan impulsando la reforma y un reequilibrio de su economía.
Desde la publicación del plan de acción para la prevención y el control de la contaminación del aire en septiembre pasado, los gobiernos central y locales han reducido la capacidad de producción excesiva y han logrado resultados tangibles.
Algunas organizaciones dijeron que las autoridades locales han mostrado determinación para promover el ajuste estructural, y que 22 provincias redujeron recientemente sus metas de crecimiento del producto interno bruto (PIB), lo cual puede obstruir inevitablemente la tasa de crecimiento de la economía nacional.
"La reforma y el crecimiento tienen contradicciones aparentes, China tiene que sacrificar parte de su crecimiento para aplicar las políticas de reformas", comentó a Xinhua Xu Sitao, representante en jefe del Grupo Economista en China al margen de una mesa redonda sobre los aspectos económicos que afectarán a China y al mundo en 2014, la cual tuvo lugar en Beijing el martes.
"La Unidad de Inteligencia Económica prevé que el crecimiento de la economía de China se desacelerará a 7,2 por ciento y que no mantendrá el 7,5 por ciento", dijo. "La tolerancia de los líderes chinos a la desaceleración demostró su determinación para llevar a cabo la reforma", indicó.
Desacelerar el paso no es malo, afirmó Stephen Roach, miembro del Instituto Jackson de Asuntos Globales de la Universidad de Yale en un artículo.
Con el desarrollo del sector servicios, la economía de China puede cubrir las necesidades de más empleos con un crecimiento económico más lento, ya que su sector servicios requiere alrededor de 30 por ciento más empleos por unidad del PIB que la manufactura y la construcción, dijo.
Michael Andrew, Presidente Global de KPMG, indicó que China está en vías de transformarse de una economía orientada a la exportación para pasar a ser una economía orientada a los servicios y la demanda interna, lo cual es positivo tanto para el reequilibrio de China como para los mercados globales.
Zhu Haibin, economista en jefe de JP Morgan en China, pronostica que China enfocará sus principales esfuerzos en las reformas en administración, finanzas y el sector fiscal en 2014, y que el efecto de las reformas a corto plazo depende de la secuencia y el ritmo del cumplimiento de las políticas.
En una palabra, la economía de China enfrenta actualmente exportaciones débiles, capacidad excesiva, riesgo de deuda y los efectos de la disminución de la facilitación cuantitativa (QE) en Estados Unidos. Sin embargo, por otra parte goza de una leve inflación, empleo estable y una clara estrategia de reforma que proporciona los plazos adecuados para la reforma.