BEIJING, 10 feb (Xinhua) -- Cuatro funcionarios disciplinarios han sido castigados con penas que van desde la dimisión hasta la acusación criminal por haber violado las leyes y reglas anticorrupción del Partido Comunista de China (PCCh), señaló el órgano de control disciplinario del PCCh en un comunicado publicado hoy lunes.
A Wu Qiang, funcionario disciplinario del distrito de Anyi de la provincia oriental de Jiangxi, se le expulsó del Partido y se le echó del empleo público por conducir borracho provocando la muerte de un peatón el 17 de diciembre de 2013, según la Comisión Central de Control Disciplinario (CCCD) del PCCh.
El transeúnte no pudo ser atendido después de que Wu escapase del lugar del accidente y murió posteriormente en el hospital a pesar de los esfuerzos de tratamiento médico. El caso de Wu ha sido transferido a los órganos judiciales, según las autoridades disciplinarias locales.
En otro caso, una persona falleció y otras dos resultaron heridas en un accidente de tráfico protagonizado por Wu Jimian, un funcionario disciplinario del buró de seguridad nacional de la ciudad de Xiangyang de la provincia central de Hubei.
Wu condujo un vehículo policial el 21 de noviembre del año pasado, el cual chocó contra las tres víctimas, todos empleados del hotel donde Wu había asistido a un banquete oficial, y huyó del lugar del siniestro. Ha sido acusado por sus ofensas criminales, según la CCCD.
Shen Wanhao, funcionario disciplinario de un poblado de la ciudad de Handan de la provincia septentrional de Hebei, fue destituido de su puesto tras haber golpeado a otro compañero, Wang Jialu, durante un banquete oficial el 17 de mayo de 2013, según la misma fuente.
Por su parte, Ren Jiangang, funcionario disciplinario de la ciudad de Hejin de la provincia norteña de Shanxi, recibió una advertencia del Partido por haber celebrado banquetes para conmemorar el fallecimiento de su padre y haber aceptado un total de 7.900 yuanes (1.295 dólares) entre el 24 y 28 de enero del año pasado.
La dirección del PCCh emitió una directiva de ocho puntos en diciembre de 2012 en la que urgió a los funcionarios a resistir la suntuosidad y ceremonia, reducir las visitas y reuniones burocráticas y mejorar su estilo de trabajo.
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