(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Dos años después de provocar la que quizás sea la mayor marea negra de la historia, el calvario no termina para la compañía británica petrolera BP, enfrascada aún en varios procesos judiciales que podrían obligarle a desembolsar un total de 40.000 millones de dólares, el equivalente a sus beneficios de tres años.
Los fuertes pagos comprometidos ya como indemnizaciones por la catástrofe ecológica que provocaron el incendio y destrucción de la plataforma Deepwater Horizon, en el golfo de México, no bastan para limpiar el chapapote asociado aún a la imagen de la marca.
Además de perder un importante terreno en el mercado internacional de combustibles por los procesos legales, la pérdida de contratos, la caída de las ventas y el daño de imagen, la empresa enfrenta desde este lunes en los tribunales la demanda civil de los cinco Estados de EE. UU. afectados por la marea negra: Florida, Alabama, Mississippi, Louisiana y Texas.
El juicio pudiera tener un “final feliz” para BP si sus abogados logran por fin llegar a un acuerdo con los demandantes por 16.000 millones de dólares. En caso de que el proceso continúe y la petrolera logre inclinar la balanza a su favor, el pago podría caer hasta los 13.680 millones de dólares, pero si la mala suerte le sigue persiguiendo y los estados afectados ganan la disputa, el desembolso podría llegar a los 27.720 millones de dólares.
Sea cual sea el veredicto, habrá que sumarlo a los 9.420 millones de dólares que BP acordó pagar ya a empresas e individuos de las zonas afectadas y los 19.932 millones de dólares del fondo que se comprometió a crear para rehabilitar el medio ambiente de la región, aunque muchos damnificados aseguran que aún no han visto un dólar.
Previamente, la firma había alcanzado un pacto con el Gobierno para compensar al país con 3.960 millones de dólares, a lo que habría que sumar que la administración de Barack Obama le prohibió participar en licitaciones del Estado en Estados Unidos. Por esa decisión BP dejará de ingresar 3.564 millones de dólares en combustible que ya no podrá proveer al Pentágono.