27/02/2013 (El Pueblo en Línea) - La inesperada devaluación del yuan frente al dólar desde mediados de febrero ha ganado mucha más atención de la que se merece.
La moneda china cayó por séptimo día el miércoles a su mínimo de los últimos seis meses contra el dólar, provocando una especulación generalizada.
Dado que muchas otras monedas de mercados emergentes están bajo gran presión tras la reducción del estímulo monetario de la Reserva Federal de Estados Unidos, es comprensible que la moneda china también quede afectada ya que la economía del país se ha desacelerado.
Sin embargo, el hecho de que el yuan se haya debilitado un 1% frente al dólar durante esta depreciación no significa que el yuan ha llegado a su fin.
Aunque la segunda mayor economía del mundo tiene que decir adiós a un crecimiento con dos dígitos, no hay señales de cambio en su competitividad global.
Algunos señalan que el número creciente de especuladores que apuestan fuertemente por la continua subida del yuan es la razón por la que las autoridades chinas deben interferir en el mercado de cambio.
El impacto negativo de estos flujos de capital a corto plazo será una buena razón para que las autoridades chinas hagan su intervención oportuna. Pero difícilmente será una razón clave dado el control exhaustivo del país sobre el capital.
La razón más probable por la que las autoridades chinas han dejado que la moneda se deprecie es por su creciente preocupación sobre las crecientes reservas de divisas extranjeras de China, que se dispararon hasta los 3,82 billones de dólares a finales de 2013.
La rápida acumulación de reservas de divisas más de lo necesario solamente hará que cada vez sea más difícil controlar la economía y proteger el valor de sus reservas de divisas, la mayor del mundo.
La reciente tormenta que atraviesa la moneda china podría significar que se están implementando más políticas para regular mejor la balanza de pagos del país y así apoyar el crecimiento y reforma de China.