TOKIO, 24 Feb (Xinhua) -- El gobierno japonés dijo hoy que evalúa la idea de revisar su disculpa histórica por el reclutamiento forzado de esclavas sexuales en tiempos de guerra, en una acción probablemente destinada a avivar la ira de los países vecinos que sufrieron bajo el brutal régimen imperial japonés en la Segunda Guerra Mundial.
El jefe del gabinete de Japón, Yoshihide Suga, dijo que la evidencia dada por mujeres de solaz -un eufemismo empleado para describir a las esclavas sexuales que fueron sometidas por soldados japoneses en tiempos de la guerra- será reexaminada junto con la Declaración Kono de 1993.
"La evidencia dada por las mujeres de solaz de que fueron obligadas a trabajar en burdeles militares y las bases de la Declaración Kono 1993, tienen que ser reexaminadas", dijo Suga.
"Las declaraciones oficiales sostienen que las mujeres de solaz fueron llevadas bajo la premisa de que su evidencia sería escuchada a puertas cerradas. El gobierno japonés considerará si puede haber una revisión mientras trata de respetar la confianza en que las declaraciones originales fueron hechas, dijo el alto vocero del gobierno japonés.
Las declaraciones de Suga coinciden con un momento en que Japón ha concitado severas críticas de la comunidad internacional por su creciente posición derechista, maniobras revisionistas, expansión militar y falacias nacionalistas que han buscado disimular las responsabilidades militaristas japonesas, según analistas políticos.
Prominentes historiadores sostienen que la Armada Imperial japonesa forzó de 200.000 a 400.000 chicas y mujeres a la esclavitud sexual en los países que ocuparon durante la guerra, incluyendo coreanas, chinas y filipinas y de otros países del Sureste asiático.
Con base en evidencias históricas incontrovertibles y el testimonio de 16 mujeres coreanas, una declaración fue emitida por el ex jefe del gabinete Yohei Kono en 1993 que admitía la complicidad, coerción y culpabilidad japonesa por esos crímenes y ofreció las sinceras disculpas del país y su arrepentimiento a las víctimas.
La Declaración Kono de 1993 se convirtió en un hito internacionalmente reconocido de la posición japonesa sobre el tema y mantiene que de acuerdo con los propios estudios del gobierno, las mujeres fueron reclutadas para trabajar en burdeles en contra de su voluntad mediante "persuación y coerción" y fueron sometidas a vivir "en la miseria en estaciones de confort bajo una atmósfera coercitiva".
La declaración añade que la "indiscutible" actuación de las autoridades militares "lastimó severamente el honor y la dignidad de muchas mujeres".
"El gobierno de Japón debería tomar esta oportunidad una vez más para extender sus disculpas sinceras y arrepentimiento de todo eso, al margen de los países de origen, que sufrieron un dolor inconmensurable y lesiones físicas y psicológicas como mujeres de solaz", dijo la declaración.
Además, la declaración Kono dijo que el gobierno japonés "enfrentará honestamente los hechos históricos" en vez de evadirlos.
Pero las últimas acciones japoneses están encaminadas a revisar su posición en el tema, dijeron observadores, con Suga hablando la semana pasada al parlamento sobre los planes del gobierno para crear un comité de verificación a fin de reevaluar la validez de los testimonios de las 16 mujeres.
Cuando el primer ministro Shinzo Abe y su partido gobernante Democrático Liberal (LPD) asumen un curso nacionalista para el país, cuando los libros escolares están siendo revisados para disimular las atrocidades japonesas en tiempos de guerra, las medidas apuntan a una revisión de la constitución de renuncia a la guerra del país.
Además, ocurre cuando el país fortalece su militarismo, lo que hace que el fuego de la controversia haya sido atizado recientemente por algunos de los lacayos elegidos por Abe.
El titular de la cadena NHK de Japón, Katsuto Momii, sostuvo durante una primera conferencia de prensa que las "mujeres de consuelo" existen en cualquier país en guerra, no sólo en Japón, sino también en Francia y Alemania, y criticó a Corea del Sur por continuar sus llamados de compensar a esas mujeres, reclamando que el asunto ya había concluido con la fima de un tratado de paz.
Momii, quien luego se retractó de sus comentarios aunque ratificó que evidencian sus verdaderos sentimientos, añadió que para él era un "rompecabezas" el por qué permanece tan firme la condena internacional sobre el rol de Japón en la esclavitud sexual en tiempos de guerra.
Otras dos figuras pesadas de NHK seleccionados por el gobierno también fueron blanco de severas críticas por la comunidad internacional, uno de los cuales sostuvo públicamente que la masacre de Nanjing durante la segunda guerra chino-japonesa en 1937 "nunca existió" y otro que hizo un gran elogio de un ultraderechista nacionalista que cometió rituales suicidas en las oficinas de un periódico popular en 1993.
Con la mal aconsejada visita de Abe al santuario ligado a la guerra en diciembre, que honra las almas de 2.5 millones de muertos en el conflicto incluyendo 14 convictos Clase A de guerra criminales y permanece como un doloroso recordatario para los vecinos de Japón de su brutal y militarista política durante la Segunda Guerra Mundial, observadores políticos creen que Japón está tratando de reescribir la historia al tiempo que empuja hacia una nueva agenda nacionalista.
En su primer papel de primer ministro entre 2006 y 2007, el propio Abe dijo que "no había pruebas" de coerción respecto al reclutamiento de las mujeres de solaz durante la guerra y su adjunto jefe del gabinete, Hakubun Shimomura, dijo entonces que cabía la posibilidad de que el Ejército Japonés ni siquiera "estuviera involucrado".
Más recientemente, Toru Hashimoto, co-dirigente del nacionalista Partido de la Restauración japonesa, quien buscaba la reelección como alcalde Osaka en una elecicón el mes próximo, instigado por su propia renuncia, comentó que "no había pruebas" de que los militares japoneses hubieran "reclutado por la fuerza a las mujeres de solaz".
"No hay duda entre los observadores políticos de que el primer ministro, sus principales ministros y numerosos burócratas en el primer círculo de poder están activamente intentando un cambio en la percepción de la historia japonesa, cuando en forma sistemática animan una ideología nacionalista, para garantizarles una mayor autonomía que los lleve a alcanzar sus metas patrioteras", dijo a Xinhua el analista político Tehuisa Muramatsu. "Es una vergúenza para el pueblo de Japón -los ciudadanos normales amantes de la paz- pero sin una oposición seria a LDP, que estos sean los hechos que sostienen. El LDP está enloqueciendo", dijo el analista.
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