El reciente viaje del primer ministro japonés, Shinzo Abe, al polémico santuario de Yasukuni fue "un serio error de política exterior" que representa problemas diplomáticos para Estados Unidos y que amenaza los intereses de seguridad de los aliados en Asia, dijeron hoy analistas de Estados Unidos.
El viaje fue "un serio error de política exterior que amenaza los intereses de seguridad de los aliados en Asia", dijo Bruce Klingner, un importante investigador del grupo de expertos Heritage Foundation con sede en Washington.
"Aunque Abe expresó 'serios remordimientos' por las acciones históricas de Japón, debió de haberse dado cuenta de que la visita era innecesariamente provocadora y exacerbaría las ya tensas relaciones con Estados Unidos y con República de Corea", dijo Klingner a Xinhua.
La visita de Abe, llevada a cabo en el primer aniversario de su período como primer ministro, provocó protestas de los países que sufrieron las atrocidades bélicas de Japón y de todo el mundo, dado que en el santuario en el centro de Tokio se honra a las víctimas de Japón en la guerra, incluyendo a 14 criminales de guerra Clase A de la Segunda Guerra Mundial.
La visita fue la primera que realiza un primer ministro japonés en funciones desde que el ex primer ministro Junichiro Koizumi presentó sus respetos en Yasukuni en 2006.
Durante el año que termina, Abe ha cuestionado algunas versiones sobre la conducta japonesa durante la guerra y ha intentado alejar a Japón de su pacifismo de posguerra mediante un aumento del presupuesto militar del país por primera vez en 11 años y la aprobación de una nueva estrategia nacional de seguridad y de una política de defensa para ampliar la fuerza militar de Japón, y ha buscado una revisión de la constitución pacifista del país que permita un ejército completamente desarrollado en lugar de una fuerza únicamente defensiva.
Klingner dijo que Washington quisiera que Japón asumiera "mayores responsabilidades" para hacer frente a las crecientes amenazas a la seguridad de la región. Sin embargo, Abe "ha puesto en peligro de forma innecesaria los planes de seguridad de los aliados encaminados a aumentar la estabilidad regional".
"Los anteriores comentarios históricos revisionistas de Abe han apartado la atención de los verdaderos riesgos a la seguridad al propiciar una percepción equivocada del 'militarismo japonés renaciente'", explicó el investigador.
Para la administración Obama, la visita de Abe a Yasukuni es "problemática" en términos de política exterior, dijo Michael Green, vicepresidente de la cátedra de Asia y Japón en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un grupo de expertos de Washington.
La administración Obama ha estado buscando una alianza más fuerte entre Japón y República de Corea, dos aliados por tratado de Estados Unidos, con el propósito de abordar los asuntos regionales, pero no ha logrado persuadir a la presidenta de República de Corea, Park Geun-hye, para que se reúna con Abe con el fin de resolver las diferencias originadas por las disputas territoriales y por asuntos de la época de la guerra.
Washington considera a Tokio como un aliado "muy confiable" ahora que está volviendo a recuperar el equilibrio hacia la región de Asia Pacífico, observó Green.