Estados Unidos reconoció hoy la profunda desconfianza hacia Irán, pero reafirmó su compromiso con las negociaciones en torno al polémico programa nuclear de la república islámica, en el contexto de las nueva ronda de conversaciones que se celebrarán esta semana.
"La historia de desconfianza entre Estados Unidos y la República Islámica de Irán es profunda y no se borrará de la noche a la mañana", dijo el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, durante la sesión informativa regular.
"Pero lo que estamos haciendo en este momento no se trata de confianza", dijo Carney. "Estamos comprometidos con unas negociaciones serias y sustantivas que ofrezcan la posibilidad de que podamos detener el avance del programa nuclear de Irán, de ganar más transparencia en cuanto a sus actividades nucleares y de negociar una solución integral a largo plazo que resuelva las inquietudes de la comunidad internaiconal en torno al programa nuclear de Irán".
Irán sostuvo una nueva ronda de conversaciones en Ginebra los días 15 y 16 de octubre con Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Reino Unido, más Alemania, es decir, con el llamado grupo P5+1, en las que acordaron volver a reunirse en la ciudad suiza los días 7 y 8 de noviembre. Teherán insiste en la naturaleza pacífica de su programa nuclear, mientras que Occidente afirma que la república está fabricando bombas nucleares.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, dijo el domingo que no está "optimista" respecto a las conversaciones nucleares en curso con las principales potencias y dijo que "no se puede confiar" en Estados Unidos debido a que es el "enemigo" de la república.
También hoy, la vocera del Departamento de Estado, Marie Harf, dijo que "creemos que todos hemos sido claros en cuanto a que esto sería duro y de que existe una profunda historia de desconfianza".
Los iraníes se manifestaron en todo el país para conmemorar el XXXIV aniversario de la captura de la embajada de Estados Unidos en Teherán. Los estudiantes iraníes incursionaron en la embajada de Estados Unidos el 4 de noviembre de 1979 y mantuvieron a su personal secuestrado durante 444 días, lo que condujo al rompimiento de relaciones diplomáticas en 1980 y a décadas de tensas relaciones.
"Obviamente, no es fácil, pero tenemos una oportunidad aquí y la obligación de observar a donde podría conducir está vía diplomática, porque es la preferencia de todos nosotros que esto sea resuelto de forma diplomática", dijo Harf durante la sesión informativa regular.
La vocera agregó que la administración Obama está buscando que el Congreso haga una pausa en la imposición de sanciones adicionales sobre Irán.
"En este momento no estamos dando marcha atrás a ninguna de las sanciones existentes", enfatizó Harp. "Dejemos en claro que Irán tendrá que realizar medidas creíbles y verificables antes de que discutamos cualquier reducción limitada de las sanciones".
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