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Cumbre Celac-UE de Santiago relanzará "alianza estratégica"

Actualizado a las 24/01/2013 - 17:07
La Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), que sesionará a partir del próximo sábado en la capital de Chile, anuncia el mayor esfuerzo de ambas regiones para relanzar la "asociación estratégica" que pactaron hace 14 años.
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La Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), que sesionará a partir del próximo sábado en la capital de Chile, anuncia el mayor esfuerzo de ambas regiones para relanzar la "asociación estratégica" que pactaron hace 14 años.

Estas dos zonas geográficas, vinculadas por lazos culturales que datan de hace más de 500 años a través de España y Portugal, comparten a la fecha una complementariedad económica, y crecientes vínculos políticos y económicos con repercusiones críticas para una masa poblacional de unos 1.000 millones de personas.

La Unión Europea y América Latina y el Caribe hicieron un gran esfuerzo desde la primera cumbre birregional en Río de Janeiro (Brasil) en 1999, donde forjaron una "asociación estratégica", para estrechar la cooperación económica y comercial con base en un amplio diálogo político.

La gran alianza tropezó sin embargo con la crisis económica global, que plantea al mismo tiempo la urgencia de un mayor compromiso de ambas partes para enfrentar los desafíos de cara al siglo XXI.

La crisis de 2008, desatada en Estados Unidos y extendida al resto del mundo, puso fin a un periodo de bonanza económica y marcó el inicio de una etapa de inseguridad e inestabilidad, que afectó fuertemente a Europa y en menor grado a América Latina y el Caribe.

La descontrolada expansión de los mercados financieros condujo a la especulación, a la pérdida de conductas éticas o la codicia desmesurada, en particular de bancos e instituciones financieras.

A pesar de que la Unión Europea (UE) hace esfuerzos para recomponer su economía, persisten la incertidumbre e inseguridad ante la prolongación de la crisis, que ha afectado seriamente toda la zona euro y, en particular a España y Portugal, dos países con estrechos lazos históricos con Latinoamérica.

La situación económica actual se vislumbra muy complicada debido a los grandes desequilibrios fiscales y financieros.

Gobiernos y Bancos Centrales europeos respondieron con diligencia, pero las medidas adoptadas parecen insuficientes para recobrar la confianza a largo plazo de los actores económicos, lo cual se refleja en sus lentas reacciones, la ineficiencia en la coordinación regional y la falta de una estrategia clara.

Así, los mayores desafíos de Europa aún plantean cómo encontrar nuevas fuentes de crecimiento y solventar sus abultadas deudas, pública y privada, al tiempo de garantizar el abastecimiento de materias primas, en las que las naciones latinoamericanas pueden ofrecer significativas contribuciones.

América Latina y el Caribe han sorteado con relativo éxito la crisis, la peor desde la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado, lo cual abre oportunidades para avanzar en la "asociación estratégica".

Las condiciones fiscales y el grado de endeudamiento público latinoamericano parecen mejores que los de la UE.

Pero la pobreza aún persiste en la mayor parte de los países latinoamericanos y caribeños.

Cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) revlan que al cierre de 2012, el número de pobres alcanzaba los 167 millones de personas, apenas un millón de personas menos que en 2011, 28,8 por ciento de los habitantes. Las cifras revelan que unos 66 millones soportan condiciones de pobreza extrema.

Además, persiste la brecha con los países industrializados en materia de innovación y competitividad, lo cual representa una oportunidad para fortalecer la cooperación con las empresas y gobiernos europeos para concretar alianzas tecnológicas y empresariales.

A esta panorama se agrega el hecho de la pérdida de los flujos comerciales entre la UE y América Latina en las últimas décadas y en especial de mercados para sus exportaciones.

En contraste, los países latinoamericanos, especialmente Sudamérica, han logrado crecer a tasas elevadas tras haber reorientado sus exportaciones de commodities, como el cobre, y alimentos hacia China y el resto de Asia.

China es de hecho el segundo socio comercial de esta región y con Chile y Brasil, el primero.

Se estima que el volumen total de comercio con China, en los primeros diez meses del 2012, superó los 240.000 millones de dólares con un aumento de 10 por ciento respecto a 2011, y se espera que ese crecimiento llegue este año al 15 por ciento.

A nivel mundial, la región latinoamericana tiene una destacada participación en la producción de frutas y verduras. Produce la mitad de la soja y cifras importantes en carnes y leche, mientras la UE resalta solamente por la producción de trigo.

Igual ocurre con el cobre, que representa el 45 por ciento de la producción global, seguido por el zinc, el molibdeno y el estaño. La UE supera a las naciones latinoamericanas en la producción de aluminio, que también se genera en Argentina, Brasil, Venezuela y Guyana. El Mercado Común Europeo ha logrado dinamizar el comercio intra-Unión Europea, lo cual constituye una de sus ventajas, llegando al 60 por ciento del total, a diferencia de América Latina, que sólo alcanza 19 por ciento.

En el actual panorama, la Unión Europea registra un bajo crecimiento económico, contra un dinamismo de América Latina y el Caribe, lo que abre oportunidades para los exportadores europeos.

Paralelamente, el mercado europeo, el más integrado del mundo, representa un apetecible destino para los productos latinoamericanos y caribeños.

No menos importante son las inversiones entre ambas regiones. La inversión europea en la región, que fue en 2011 de 613,000 millones de dólares, lidera en temas de protección del medio ambiente, cambio climático y responsabilidad social empresarial, mientras las empresas latinas van aumentando su presencia en el viejo continente.

Uno de los temas críticos de la "alianza estratégica" UE-América Latina será el reforzamiento de la cooperación empresarial y la eliminación de las barreras comerciales, que contribuiría a reducir los precios de los alimentos, un tema crítico en el mundo.

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