Por Pedro Saldaña Maurice
MEXICO, 15 abr (Xinhua) -- La Cruzada Nacional contra el Hambre en México no es regalar alimentos, sino rehabilitar las oportunidades y las capacidades de las personas para que por sí mismas logren salir de la condición de extrema pobreza, afirmó hoy el secretario técnico de la Comisión Intersecretarial de ese programa, Omar Garfias.
El programa "es una política de nueva generación. Significa un cambio de paradigmas con respecto a como se venía haciendo la política social", dijo Garfias en entrevista a Xinhua.
A 15 meses de operar el programa, con el objetivo de atacar la pobreza extrema de 7,4 millones de mexicanos, se muestran avances de 40,7 por ciento al involucrar a 1.000 municipios y alcanzar a tres millones considerados en pobreza extrema, según la secretaria (ministra) de Desarrollo Social (Sedesol), Rosario Robles.
El secretario técnico de la Comisión Intersecretarial de la Cruzada Nacional contra el Hambre comentó que el programa considera varios elementos, entre los cuales destacó una política social participativa.
"La gente participa, propone y ejecuta, además, supervisa y es corresponsble de encontrar soluciones. Se acabaron los tiempos de solo recibir", resaltó.
Agregó que se trata de un programa integral porque articula los factores que determinan la pobreza y acaba con los programas sueltos.
Otro factor determinantes es que "tiene territorio", lo cual significa que los funcionarios de gobierno tienen que ir al campo y entrar más en contacto con la población.
"Ya no es la política de esperar en las oficinas, o peor aún, en las páginas de internet, en espera de que la población pobre acuda. Y un elemento más es una política social medida y evaluada a partir de la Ley General de Desarrollo Social que establece los indicadores para medir la pobreza", indicó.
Garfias explicó que cuando se tienen ingresos por debajo de la ley de bienestar mínimo y al menos tres carencias, ya sea en educación, salud, seguridad social, en su calidad de vivienda o en los servicios básicos, se está en pobreza extrema.
"Así es como caracterizamos el hambre; a la situación que viven las personas con ingresos por debajo del bienestar mínimo que no les permiten una canasta básica de alimentos y que además suman esas carencias. La meta es muy clara, los 7,4 millones de mexicanos tienen que dejar de estar en esa situación", enfatizó.
Acerca de si el programa es más rural que urbano o viceversa, precisó que la atienden por igual.
"La pobreza ha venido tomando esas características de zona urbana. El país tiene hoy el 75 por ciento de sus pobres en las zonas urbanas, entonces es la población objetivo", precisó.
El secretario técnico dijo que en términos de calidad de vivienda, si la casa no tiene piso ni muros ni techos firmes se accede al programa. Pero también se dirige a la población que carece de servicios básicos de agua, drenaje, de saneamiento, electrificación, si los ingresos están por debajo del bienestar mínimo, sin acceso a la salud y en condiciones de rezago eductivo (sin educación primaria o secundaria).
Garfias mencionó que el tamaño del reto es importante no solo para la Sedesol, sino para los demás ministerios que participan y los tres órdenes de gobierno, por lo que en cada estado hay comités estatales intersecretariales y en cada municipio comités municiapales intersecretariales.
El programa opera con fondos gubernamentales, de la sociedad civil, de organizaciones no gubernamentales (ONG), empresas, universidades y de la propia población que también hace aportaciones ya sean materiales o a través de donaciones en efectivo o mano de obra, de ahí el nombre de "cruzada".
Varios programas están diseñados a partir de la capacitación y el desarrollo de habilidades, comentó el funcionario.
En este año y tres meses que lleva el programa, la Cruzada Nacional contra el Hambre ha encontrado el apoyo de la sociedad civil o empresas en donde se proyecta un comedor o una capacitación de huertos familiares, entonces una parte la dan ellos y otra se dan con recursos federales.
En algunos lugares donde se lograron conformar comedores la propia comunidad se encarga de reunir esfuerzos y junta los alimentos, los elebora y hacen una dieta balanceada.
"Eso es participación comunitaria o sea no vamos y les damos de comer. Así no. Ayudamos con una parte de los alimentos para que ellos los elaboren, se organicen, los cocinen, los distribuyan, laven los platos y den mantenimiento a las instalaciones. Fue una experiencia exitosa que se ha replicado", refirió.
En términos redondos los comedores suman unos 3.000, al tomar en cuenta los del Sistema Integral para la Familia (DIF), en los cuales se sirven al menos un alimento al día, aunque en algunos se sirven hasta dos.
El promedio de atención es de unas 120 personas por comedor, pero es variable según la comunidad y el número de niños.
El secretario técnico comentó que en el mejoramiento de la vivienda también se han logrado avances con el esfuerzo de la gente.
"Entonces podrán retirarse los programas, pero ya la experiencia y el trabajo conjunto, quedará. Es así que las personas tienen la mejor herramienta para resolver sus problemas comunes. Es la capacidad que tienen para juntarse y resolverlos. La Cruzada contra el Hambre pretende abarcar los 2.457 municipios de todo el país en 2015.