Por Gerardo Laborde
MONTEVIDEO, 3 mar (Xinhua) -- Como cada año, la fiesta del Carnaval en Uruguay muestra versiones identificadas con raíces locales, influencias brasileñas y otras caracterizadas por la fusión de variantes.
Así, el dios Momo trasciende el buque insignia de la celebración montevideana en la que durante 40 días se destacan los ritmos musicales del candombe y la murga.
Estos dos días de asueto, que para muchos se extienden a toda la semana, significan más que horas de descanso en este peculiar verano austral.
Desde mediados de enero, los uruguayos se han sorprendido con una estación marcada por intensas lluvias y temperaturas que no superan los 25 grados centígrados.
La música, diversión y alegría son constantes en las fiestas que se suceden de domingo a lunes y que para los integrantes de los conjuntos implicaron meses de trabajo.
De esa manera, se escuchan en diferentes puntos del país acordes de samba o los tradicionales del afrouruguayo candombe y los potentes coros murgueros salpicados con crítica y humor.
LA PEDRERA
Este tradicional balneario del océano Atlántico, ubicado en el departamento de Rocha (350 kilómetros al este), gestó una expresión carnavalera espontánea que en los últimos años se vio desbordada.
La Pedrera tiene un desfile de agrupaciones que eligen un tema, se disfrazan, bailan y cantan.
Aquí no hay jurado ni premios y sobran las guerrillas de agua. El público se mezcla con quienes desfilan, como lo harán esta noche.
Todo empezó como una tradición de un puñado de vecinos habitués del balneario, pero la fiesta se expandió y a partir de 2005 comenzó a contar por miles sus asistentes.
Ese crecimiento explosivo provocó desbordes en una localidad de pocas cuadras.
"Estamos desplegando un dispositivo de apoyo a la fiesta para que todo resulte bien para todos", destacó el secretario general de la intendencia de Rocha.
Subrayó que desde el jueves "estamos subiendo gradualmente la presencia institucional y de servicios en la zona, con la meta de desplegar un fuerte contingente de trabajadores y máquinas" para la limpieza.
ARTIGAS
El estilo brasileño ganó adeptos en el norte del país y como un estandarte a Artigas (600 kilómetros al norte de Montevideo), ciudad ubicada a pocos metros de la frontera con ese país, indicada por el río Cuareim.
Allí, los uruguayos se apropiaron de la samba y con naturalidad desfilan cada año en sus típicas escuelas, que ganaron fama mundial en Río de Janeiro.
El recorrido de unos 700 metros por la avenida Lecueder insume unos 60 minutos y es saludado por miles de vecinos y turistas llegados desde diferentes puntos del país.
Cada escuela de samba debe desfilar con un mínimo de cinco carros alegóricos y 600 integrantes.
Desfilan durante tres jornadas presentado sus temas o "enredos" carnavalescos sobre una cuestión de interés cultural.
Para el ministerio de Turismo, este carnaval adaptó sus ritmos, músicas y bailes al contexto local y nacional, "demostrando así el carácter híbrido, de frontera, que celebra la forma de vivir de una comunidad entre dos países".
El concurso del año pasado se definió por sorteo.
En la primera posición empataron las escuelas Barrio Rampla e Imperio del Ayuí, por lo que se sorteó uno de los diez ítems incluidos en la calificación en el que ganaba la primera.
Barrio Rampla se adjudicó así su séptimo título consecutivo.
RIVERA
En otra ciudad fronteriza, Rivera (500 kilómetros al norte), separada de la brasileña Santana do Livramento por solo una avenida, tiene lugar todos los años el autoproclamado como "El Carnaval más divertido del Uruguay".
La cultura brasileña está presente principalmente a través de los tríos eléctricos, naturales del internacionalmente conocido Carnaval de Bahía.
Se trata de "una propuesta participativa, popular y gratuita "para divertir a más de 25 mil asistentes por noche en la llamada "Frontera de la Paz", señala la intendencia riverense.
"Aquí el carnaval se caracteriza por ser multicultural y de todos los ritmos, por esa razón aquí los visitantes podrán disfrutar del candombe, la comparsa, escolas de samba y el ritmo del trío bahiano", resaltan los organizadores.
En esa urbe fronteriza son también célebres los bailes en los clubes.
SALTO
En la frontera con Argentina, la ciudad de Salto (500 kilómetros al noroeste) también ofrece su tradicional fiesta de Momo.
Ese carnaval "cuenta con una profunda trayectoria y tradición construida a lo largo de las décadas" que tiene como base "la diversidad de sus manifestaciones".
Las propuestas de esa localidad son las propias del carnaval uruguayo pero también integra las de los países vecinos como Argentina y Brasil.
Una atracción fue el colorido desfile de "Llamadas Lubolas", celebrado el domingo a la noche, "las primeras y únicas del país de carácter internacional", según el gobierno departamental de Salto.
Allí participan "comparsas de candombe y agrupaciones lubolas de diferentes puntos de Argentina y Uruguay" en "una de las fiestas más multitudinarias del departamento que se realiza en el Casco Histórico de la ciudad.
MONTEVIDEO
El desfile inaugural del carnaval capitalino tuvo lugar el 25 de enero.
Es el carnaval más largo del mundo que concluirá recién la semana próxima después de varias semanas de concurso.
En la fiesta intervienen grupos de candombe, murgas, parodistas y humoristas, que recorren los "tablados" al aire libre en la capital.
Los "tablados" funcionan en barrios periféricos y a precios populares, con el subsidio del gobierno local,pero también en las zonas adineradas.
Paralelamente, el concurso oficial tiene lugar en el Teatro de Verano, con un aforo para seis mil personas, que luce colmado la mayor parte de las noches.
La murga y el candombe son las expresiones artísticas autóctonas más representativas de la fiesta popular, que, incluso, trascendieron fuera de fronteras.
Con 17 hombres disfrazados y de caras pintadas, la murga actúa, canta y baila al ritmo de bombo, platillos y redoblante, con una mirada sobre la realidad plena de humor, sátira y crítica.
El candombe, ritmo musical generado por tamborileros, es una tradición de los esclavos africanos que llegaron al país en el siglo XIX, declarado Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco.
Parodistas, humoristas y revistas escenifican espectáculos en los que plantean con distintas variantes,de acuerdo a la categoría, humor, baile y canto.