Haití conmemoró hoy el 65º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos con algunos logros exhibidos por el gobierno del presidente Michel Martelly, pero con denuncias de abusos y violaciones y la queja de gran parte de la población con respecto a las actuales condiciones de vida.
Algunas organizaciones se manifestaron frente a las sedes de los Ministerios de Justicia y de Asuntos Sociales para exigir a las autoridades que adopten medidas concretas para respetar los derechos de la ciudadanía y para mejorar la situación en la que se encuentran miles de haitianos.
El líder del Movimiento por la Libertad, Igualdad y Fraternidad de Haití (Molegaph), David Oxygene, dijo que el desarrollo no alcanza a los sectores más desfavorecidos del país, "sino más bien a favor de los ricos", por lo que el gobierno debe encaminar sus esfuerzos hacia los miles de desempleados y personas que viven en las zonas más vulnerables.
Entre tanto, Wilfort Pasquet, representante de una asociación de juristas, denunció que el Estado no ha hecho nada concreto para cumplir con los más elementales derechos humanos, al asegurar que desde 1986, año de la caída de la dictadura de los Duvalier, "dos cosas dominan la República de Haití: el desorden y la desesperación".
"Nuestro país parece convertirse en una síntesis dolorosa de todos los sufrimientos de la humanidad", dijo Pasquet a la prensa local.
El jurista señaló que constituye una violación flagrante el hecho de que haya niños que no tienen acceso a las escuelas, la frustración de jóvenes que no pueden ir a una universidad, las familias que no tienen vivienda digna, o menores entregados a la delincuencia y a la prostitución.
Pero la ministra encargada de Derechos Humanos, Marie Carmelle Rosane Auguste, señaló que las conquistas en este ámbito no podrían lograrse sin la educación, "porque la paz social es imposible sin pasos importantes en un país donde la riqueza más extravagante frota la pobreza más extrema".
El gobierno exhibe como un logro el hecho de que más de un 1,2 millones de estudiantes asisten actualmente a una de las 10.558 escuelas públicas y privadas en el programa de escolarización gratuita que impulsa el gobierno, una cantidad que autoridades haitianas califican como "muy superior" a la meta del año escolar anterior.
Rosane participó hoy en encuentro al que también acudieron el primer ministro haitiano Laurent Lamothe y la jefa de la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah), Sandra Honoré, quien aseguró que la promoción de los derechos humanos es el primer objetivo de las Naciones Unidas en el país.
Honoré saludó los avances obtenidos en el país en la promoción de los derechos fundamentales, incluida la libertad de expresión, "que ha aumentado considerablemente después de la dictadura de Duvalier".
"El pueblo haitiano ha tenido suficiente de vivir en la pobreza y ven sus aspiraciones burladas", dijo por su lado Lamothe, para quien el desarrollo del país no puede lograrse sin una reforma a fondo de la administración pública.
Mientras, la Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) denunció hoy un aumento de la violencia en el país, particularmente contra los medios de prensa, por lo que llamó al gobierno a poner fin inmediatamente a las "amenazas, ataques y actos de intimidación".
La organización también llamó a las autoridades a respetar el derecho a la información pública, y exhortó a la Policía Nacional de Haití (PNH) a medir sus actuaciones en manifestaciones públicas, a garantizar el respeto a los derechos humanos, y a castigar a los agentes que abusen de sus posiciones.