BUENOS AIRES, 10 dic (Xinhua) -- La presidenta Cristina Fernández condenó hoy a "los violentos y extorsionadores que quieren instalar el miedo (en la sociedad) para ganar elecciones", en clara alusión a los sucesos de violencia social extrema que ocurrieron en 17 de las 24 provincias argentinas.
La mandataria enfatizó que "los violentos, los antidemocráticos no respetan los valores por los que tantos argentinos y argentinas dieron la vida y quieren, sin lugar a dudas, hacernos olvidar o, lo que es peor, que los argentinos despreciemos los valores de la democracia".
"Algunas cosas que pasan en determinadas fechas no son por contagio, son con planificación, con precisión quirúrgica", agregó la jefa de Estado quien advirtió, sin embargo, que "muchos (de los que participan en los saqueos y huelgas policiales) tal vez son instrumentados para servir a fines que realmente terminan volviéndose en contra" de la sociedad.
Cristina Fernández recordó que "los hechos de violencia siempre se producen en diciembre, lo que no es casual" a su juicio, pero puso especial énfasis en señalar que "los argentinos vivimos siempre en democracia, los 365 días del año".
En ese contexto, la presidenta pidió "a nuestra justicia que defienda a sus ciudadanos y a sus instituciones democráticas frente a los violentos y a los que quieren instalar el miedo en la gente con hechos que conmueven, consternan y avergüenzan".
"Recuerden que los argentinos hemos decidido vivir en democracia pese a las amenazas antidemocráticas", advirtió Fernández, quien condenó con dureza a "los grupos violentos", e instó a "toda la sociedad a condenarlos sin lugar a dudas" y, "a la Justicia, a juzgar".
La presidenta Cristina Fernández instó a los gobernadores a democratizar a las fuerzas policiales "de la misma manera que en estos 30 años (los sucesivos Gobiernos constitucionales) a partir de procesos difíciles, complejos, logramos una nueva ley de defensa y la reincoporación de las fuerzas armadas al sistema democrático".
"Hay que hacer lo mismo con las policías provinciales de una buena vez por todas", enfatizó la jefa de Estado, elevando el tono de su voz dirigiéndose en forma directa -aunque sin nombrarlos- a los gobernadores provinciales, porque "es necesario".
La presidenta, dirigiéndose a los policías en huelga, los advirtió que su palabra "no significa no reconocer derechos" a solicitar mejoras salariales o en las condiciones laborales, sino que "significa condenar -sin dudas- la extorsión a una sociedad por parte de aquellos que portan armas para defenderla, no para atacarla ni mucho menos, como lo cuentan los propios gobernadores, liberar zonas para que vaya gente a cometer este tipo de cosas".
Después de asegurar que "se pretende desgastar a la democracia" y asegurar que el "homenaje a la democracia es llamar a las cosas por su nombre", como ella lo hizo, expresó su solidaridad "con todos aquellos ciudadanos que se vieron afectados y que sus derechos no fueron defendidos por aquellos que tienen la obligación constitucional de defenderlos".
La presidenta argentina lideró un acto público en el Museo del Bicentenario, con motivo de celebrarse hoy 30 años desde que el 10 de diciembre de 1983, luego de la última dictadura cívico-militar (1976-1983), no se interrumpió más el orden institucional en el país sudamericano.
Cristina Fernández reconoció que ese lapso de tiempo "es el más largo de la historia Argentina que se recuerde en democracia", y puntualizó que ese "acto es en honor a los que pelearon y cayeron (contra aquella dictadura), a los que pelearon y ya no pelean más, a los que siguen peleando, a todos los argentinos y argentinas".
Frente a los ex presidentes Fernando de la Rúa (1999-2001) y Adolfo Rodríguez Saá (21 al 31de diciembre de 2001), y los familiares del ex mandatario Raúl Alfonsín (1983-1989), Fernández reivindicó lo actuado por sus antecesores y, en particular, las gestiones del último mencionado y el de su esposo fallecido, Néstor Kirchner (2003-2007).
Previo al discurso, la jefa de Estado entregó a través de una teleconferencia, al cantautor catalán Joan Manuel Serrat, el Premio Azucena Villaflor, fundadora de la organización Madres de Plaza de Mayo desaparecida desde 1977, para conmemorar en la persona de ese artista el Día Mundial de los Derechos Humanos.
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